Que nadie se confunda. Nada se hace en el kirchnerismo sin permiso y orden de la jefa. Aunque en esta oportunidad el que lleva la voz cantante es el diputado Leopoldo Moreau, este tipo de iniciativas han sido siempre parte de una estrategia calculada. Ya ocurrió con varios dirigentes K en diversas ocasiones. Se lanza la bomba -como la idea para reformar la Constitución con Diana Conti- y si la gente no se horroriza le dan para adelante. Lo mismo sucedió con la “ley de medios”. Si el rechazo es masivo, se toma distancia de la cuestión y otro vocero de más peso -que no sea CFK, que ni se expide al respecto- sale a decir que “tal” persona hablaba individualmente, sin representación del espacio político. A veces les sale, a veces no. Hay que estar atentos, siempre.
Esta mañana, el legislador cristinista atacó al máximo tribunal de la Nación. “Yo creo que el juicio político lo que plantea es un escenario de discusión. Esta es una Corte agotada que juega al truco más que apoyarse en decisiones jurisprudenciales. Es una Corte que está institucionalmente muy degradada y jurídicamente no tiene el nivel de otros tiempos”, afirmó Moreau.
El juicio político al que hace referencia el legislador del Frente de Todos es la iniciativa de la semana pasada de una diputada kirchnerista. Vanesa Siley presentó un proyecto de resolución para promover la remoción del presidente de la Corte, Fernando Rozenkrantz. Argumenta “mal desempeño y eventuales delitos en el ejercicio de sus funciones”. El trasfondo, como comentamos anteriormente, es otro. La Corte avaló un per saltum de los jueces que los senadores kirchneristas removieron de los tribunales de Comodoro Py, para devolverlos a sus deberes anteriores. No hace falta aclarar que hablamos de magistrados “no alineados” con Cristina, que la complican en sus causas de corrupción. Aunque falta expedirse sobre la cuestión de fondo, en el kirchnerismo perciben una Corte Suprema que podría actuar con cierta independencia política y el miedo es grande.
Con este contexto, Moreau salió con los botines de punta a atacar a todo el máximo tribunal: “Veo una Corte con dos señores que aceptaron ingresar por decreto. Elena Highton de Nolasco tiene vencido su mandato y a diferencia de Zaffaroni que renunció y se fue, tiene un fallo a su favor… Lorenzetti ha tenido actitudes disruptivas permanentemente y se sacaba fotos con Moro. Y Maqueda, sobre quien tengo un gran respeto personal, está en una especie de zona de confort”, señaló.
Pero, en realidad, el argumento es discutible. Los “dos señores que aceptaron ingresar por decreto” son el presidente Rozenktantz y Horacio Rosatti. Si bien ellos no objetaron la propuesta de Macri de promoverlos mediante un Decreto de Necesidad y Urgencia, las críticas que generó la iniciativa hizo que ni bien se abrieron las sesiones parlamentarias, ambos magistrados tengan el aval del Congreso. No hay mucho más que decir al respecto.
Y con relación al “mandato vencido” de Nolasco, lo cierto es que el kirchnerismo no puede desentenderse. Cuando la jueza cumplió los 75 años, argumentó que la cuestión de la edad como causa de salida -establecida en 1994- afecta “la inamovilidad de los jueces en su cargo”. En ese entonces, el kirchnerismo prefirió no apelar y aceptó su continuidad. Las fotos personales con Moro o la interpretación del diputado K sobre la “zona de confort” no merecen mayores comentarios.
Lo cierto es que el kirchnerismo arremete formalmente contra el presidente de la Corte y empieza su campaña de desprestigio contra todo el cuerpo judicial. Mientras la imagen del oficialismo se derrumba en las encuestas en medio de una importante crisis económica, todo parece indicar que el kirchnerismo no tiene espaldas políticas para dar esta batalla. Hay que dejarlos seguir. En definitiva, detrás de estos manotazos de ahogado se huele desesperación. Y no se interrumpe nunca al enemigo cuando se está equivocando.