Tras anunciar el gobierno colombiano que fue dado de baja el comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Andrés Felipe Vanegas Londoño conocido con el alias de ‘Uriel’, queda un vacío de poder dentro de este grupo criminal que domina bastas extensiones de territorio en el departamento del Chocó, donde se lucra de diversos negocios como el tráfico de cocaína y la minería ilegal.
La situación de seguridad del Chocó ha sido tradicionalmente delicada. En su intervención de 2018, el entonces Ministro de Defensa, Guillermo Botero, informó que en el departamento del pacífico colombiano existían alrededor de 42 grupos delincuenciales. Entre las organizaciones criminales destacan el ELN y los Urabeños (Clan del Golfo) y otros grupos armados residuales.
Durante años, Chocó fue un campo de batalla para los grupos guerrilleros y paramilitares que luchaban por el control de importantes rutas de tráfico de drogas y el acceso a las minas de oro.
Muchos civiles, a menudo poblaciones afrocolombianas pobres o indígenas, se vieron atrapadas en el fuego cruzado de esta lucha por el poder. En un ejemplo notorio fue el bombardeo de 2002 por parte de las FARC contra una iglesia en la ciudad de Bojayá que dejó más de 100 muertos y más de 6 000 desplazados.
El Chocó tras el proceso de la Habana
Tras la desmovilización de las FARC, dos grupos comenzaron a acaparar el vacío de poder en el Chocó; el Frente Aurelio Rodríguez del ELN y dos de los grupos herederos de los desmovilizados paramilitares; el Clan del Golfo y los Rastrojos.
Las disidencias de las FARC han vuelto a retomar parte de la antigua presencia que tenía las antiguas FARC-EP, intentando renacer el antiguo Frente 30 que se enfrentó con ELN forzando a cientos de indígenas wounaan a huir de su resguardo.
La importancia geográfica del Chocó
Uno de los atractivos del Chocó para los grupos criminales es su acceso a las rutas marítimas de drogas.
La costa del Chocó sirve como punto de reabastecimiento de combustible estratégico para las lanchas rápidas que envían cocaína al norte hacia Centroamérica y México.
Chocó también ofrece un acceso al Golfo de Urabá, que es en gran parte controlado por el Clan del Golfo, y el cual es utilizado como “puerto” para las embarcaciones semisumergibles cargadas de droga que navegan por los ríos desde el pacífico a la costa caribe.
Cultivo de coca
Chocó también es un territorio valioso debido a sus recursos naturales, comenzando por los cultivos de coca, que se cultiva principalmente en el centro de este departamento.
La mayor densidad de los cultivos se concentra a lo largo del río San Juan, en la mitad sur del departamento, según la encuesta de junio de 2014 sobre el cultivo de coca de la ONUDD.
El oro ilegal
Incluso más rentable para los grupos criminales que la coca son las minas de oro del Chocó, principalmente ubicadas en zonas de selva del departamento. Junto con la vecina Antioquia, Chocó es el mayor productor de oro ilegal de Colombia.
El ELN es el grupo que más se está beneficiando de la minería ilegal de oro en el Chocó, supervisando la compra de excavadoras y otra maquinaria pesada. Se cree que este grupo guerrillero está obteniendo hasta 20 por ciento de las ganancias provenientes de esta actividad criminal en Colombia.
El Chocó tras la muerte de ‘Uriel’
En la actualidad, el Chocó se encuentra sometido a una cruenta guerra entre el Clan del Golfo y el ELN que desde el 2019 -antes de la pandemia- tenía en confinamiento a miles de personas para evitar ser víctimas de una bala perdida en municipios como Bojayá, como así lo indica el informe de 2019 de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU en Colombia.
Con la muerte alias ‘Uriel’ es posible que los Urabeños u otros clanes rivales al ELN en el Chocó traten de aprovechar este vacío de poder en el departamento; si la fuerza pública no establece un plan de seguridad para aplacar el accionar de este grupo, es posible que se desate un derramamiento de sangre en la lucha del poder entre las facciones rivales por el control de uno de los territorios más lucrativos para las economías ilegales.