Escoger un candidato que cuente con el respaldo de la líder de la oposición, María Corina Machado, y a la vez con el insólito beneplácito del dictador Nicolás Maduro, es la compleja y espinosa tarea que debe completar la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) ante de las 12:00 de la medianoche de este sábado 20 de abril para que el abanderado definitivo de la coalición opositora aparezca con nombre y foto en el tarjetón electoral.
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Se trata de un inaudito trámite inadmisible en cualquier país democrático. Pero no es el caso. La dictadura venezolana no solo inhabilitó de manera inconstitucional a la indiscutible ganadora de las primarias del 22 de octubre sino que además bloqueó sin dar ningún argumento jurídico a su elegida para representarla en las elecciones, la filósofa Corina Yoris, quien además reveló en una entrevista con CNN que Maduro se negaba a aceptar su candidatura y la de cualquier aspirante propuesto por Machado. Por lo tanto, mantenerse en la ruta electoral ha sido una carrera con obstáculos que ha obligado a la oposición a considerar hasta las más incómodas opciones de negociación.
Las tres opciones
En principio, el régimen consiguió que el gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, se inscribiera como candidato con la tarjeta de su partido Un Nuevo Tiempo (UNT) rompiendo con la unidad, lo que es para Maduro el escenario ideal. No es un secreto que desde Miraflores se ha querido imponer a Rosales como el cómodo rival que le facilitaría el camino al dictador para su “reelección”, debido al alto rechazo del dirigente zuliano y la división del voto opositor que su figura genera.
Sin embargo, la Plataforma Unitaria logró inscribir con la tarjeta de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) al exdiplomático Edmundo González Urrutia como candidato “tapa” o “cuida puesto”. Además, el exrector del Consejo Nacional Electoral (CNE), Enrique Márquez –que viene de las filas del partido de Rosales– se postuló también por su propia cuenta con la organización política Centrados.
La oposición se debate entonces entre estas tres opciones para escoger al candidato definitivo que enfrentará a Nicolás Maduro en las urnas el 28 de julio, considerando la inconstitucional inhabilitación de Machado y el bloqueo a Yoris. Adicionalmente, el CNE permitiría sustitución de candidatos solo entre los ya admitidos previamente, como adelantó hace unas semanas Diosdado Cabello, segundo hombre del chavismo. Esto quiere decir que la posibilidad de que aparezcan nuevos nombres sobre la mesa es prácticamente nula.
El mejor y el peor escenario
Para avanzar en este sentido, este viernes en la tarde se lleva a cabo una reunión de la Plataforma Unitaria con María Corina Machado, Manuel Rosales y Enrique Márquez como protagonistas con el objetivo de lograr un consenso que permita escoger al candidato que aparecerá en el tarjetón electoral. Para ello, los 10 partidos que conforman la coalición opositora deberán votar por alguna de las tres opciones (Manuel Rosales, Enrique Márquez o Edmundo González). Pero no se trata de una decisión fácil.
Rosales no solo es el que tiene más rechazo popular sino también el que hace más complejo el debate a lo interno. Márquez es menos conocido, lo que en parte juega a su favor, ya que eso le permitiría crecer, aunque entre quienes lo conocen el rechazo es bastante alto, explica el periodista especializado en la fuente electoral, Eugenio Martínez, en un hilo en su cuenta de X, en el que agrega que si bien González es incluso menos conocido, es el que tiene más posibilidades de crecer si María Corina Machado le levanta la mano. De hecho, entre estas tres opciones es Edmundo González el que tendría más probabilidades de conseguir el endoso de Machado.
No hay oposición sin María Corina
Las maniobras del régimen han dejado a la oposición con estas tres opciones. Una es muy incómoda, la otra bastante compleja y la más conveniente es, por lo menos, incierta. Si no se toma una decisión antes de las 12:00 de la medianoche de este sábado, cualquier cambio posterior –que puede realizarse hasta diez días ante de la elección– no se verá reflejado en los instrumentos de votación.
Lo único que está claro es que solo con el apoyo explícito de María Corina es posible hacer crecer a cualquier candidato de oposición para conseguir una ventaja lo suficientemente amplia que no solo permita derrotar electoralmente a Maduro y a los falsos opositores inscritos para hacer comparsa al régimen sino también superar el grosero ventajismo oficialista y disipar cualquier posibilidad matemática de fraude.