En medio de la declaración de “conflicto armado interno” en Ecuador por parte del presidente Daniel Noboa para hacer frente a la violencia desatada en el país por las bandas delincuenciales ligadas al narcotráfico, ha sido inevitable que saliera a relucir el nombre del exmandatario Rafael Correa, quien durante su gestión legalizó a los Latin King, una de estas organizaciones criminales calificadas como terroristas en el reciente decreto ejecutivo que generó la ira de los antisociales. Lo insólito es que hoy el expresidente prófugo de la justicia ecuatoriana defiende su polémica decisión.
“Los Latin King y Ñetas NO eran terroristas sino pandillas urbanas y su pacificación en 2009 -hace 14 años- fue un ejemplo para el mundo”, escribió este miércoles en su cuenta en la red social X (antes Twitter). Ahora Correa pretende librarse de su cuota de responsabilidad fustigando a la prensa y usuarios de las plataformas digitales que recuerdan cómo durante su gobierno comparaba a los Latin King con los boy scouts.
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Las palabras del exmandatario resuenan por estas horas en las redes sociales: “Con representantes de Latin King tuvimos un acto donde se les dio personería jurídica, se han constituido en corporación, y van a poder pedir créditos y capacitación, etcétera, para tener sus empresas”, dijo Correa hace 14 años. Y sin sonrojarse, en ese momento agregó que “incluso esos grupos que hayan cometido actos violentos, etcétera, dentro de sus códigos hay principios de nobleza, de honor. A mí los Latin King me recuerdan mucho a los boy scouts”.
Estos enfermos continúan mintiendo en plena crisis y se hacen llamar «medios de comunicación».
Mentiras así son las que que destruyeron la Patria.
Los Latin King y Ñetas NO eran terroristas sino pandillas urbanas y su pacificación en 2009 -hace 14 años- fue un ejemplo para el… https://t.co/IaTIA3FvWm— Rafael Correa (@MashiRafael) January 10, 2024
Estos “boy scouts” a los que hacía referencia Rafael Correa forman parte de las bandas delincuenciales que este martes sembraron terror en una universidad, se tomaron un canal de televisión en Guayaquil, grabaron ejecuciones de guías carcelarios y generaron todo tipo de violencia que dejó un balance de al menos 10 muertos y 70 heridos. Hoy, los Latin King están incluidos en la lista de organizaciones terroristas con las que el Gobierno de Ecuador tiene un “conflicto armado interno” junto con las Águilas, ÁguilasKiller, Ak47, Caballeros Oscuros, ChoneKiller, Choneros, Covicheros, Cuartel de las Feas, Cubanos, Fatales, Gánster, Kater Piler, Lagartos, Lobos, Los p.27, Los Tiburones, Mafia 18, Mafia Trébol, Patrones, R7 y Tiguerones.
La izquierda y la victimización de los delincuentes
La política de la izquierda en materia de seguridad ha tomado como base la doctrina Zaffaroni, que considera a los delincuentes como víctimas del sistema opresor. Es por esto que en los países con gobiernos socialistas se termina velando más por los derechos humanos de los antisociales que del resto de la sociedad. Y así como Rafael Correa legalizó durante su gobierno a los Latin King, desde el pasado 22 de diciembre el gobierno de Gustavo Petro en Colombia comenzó a pagar un millón de pesos (250 dólares) por “dejar de matar”. Lo mismo que ha hecho Andrés Manuel López Obrador en México con su programa “Abrazos no balazos” sin que la violencia dé tregua o el legado de Hugo Chávez en Venezuela –que heredó y continúa Nicolás Maduro– bajo el cual se permitió la conformación de bandas criminales –ahora trasnacionales– como el Tren de Aragua.
Ahora, tanto Petro como López Obrador y Maduro, e incluso el propio Correa, se han puesto a la orden del Gobierno de Noboa para ayudar a Ecuador a recuperar la paz, pero –por supuesto– con el mismo diagnóstico errado y soluciones que solo apuntan a la cohabitación con los criminales. Del otro lado están quienes piden mano dura y sugieren al presidente ecuatoriano tomar como ejemplo la política de seguridad de Nayib Bukele en El Salvador, que permitió reducir 65,9 % los homicidios en el país en 2023. Sin embargo, ante la comparación, el mandatario salvadoreño envió este martes un mensaje con el que deja claro que el camino no es fácil: “No es soplar y hacer botellas”.