Imitando a su mentor, el fallecido dictador venezolano Hugo Chávez, el presidente colombiano, Gustavo Petro, hizo uso de los recursos del Estado para movilizar a campesinos, indígenas y movimientos sindicales en favor de su proyecto político a un mes de unas complicadas elecciones regionales para el oficialismo, mostrando una total desconexión de la realidad. El líder del Pacto Histórico suma más reformas a pesar de no haber avanzado con los proyectos iniciales. Obstáculos en el Congreso, escándalos en su gobierno y las encuestas en contra parecen no haberlo hecho pisar Tierra.
- Lea también: Desaprobación de Petro marca récord: sube a 63 % rechazo a su gestión
- Lea también: Hijo de Petro va a juicio por enriquecimiento ilícito y lavado de activos
Con la excusa de apoyar las reformas propuestas por el Ejecutivo, este miércoles 27 de septiembre se realizaron marchas en un centenar de municipios de Colombia, faltando justo un mes para los comicios en los que se escogerán a gobernadores y alcaldes el próximo 29 de octubre, mientras el mandatario colombiano enfrenta el escándalo por el inicio de un juicio a su hijo Nicolás Petro por los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos, lo cual salpica directamente al jefe de Estado ante la reciente confesión ante la Fiscalía de haber recibido fondos de fuentes ilícitas para la campaña que lo llevó al poder. A esto se suma la desaprobación récord de 63 % que alcanzó su gestión en el más reciente Opinómetro de la firma Datexco y los números desfavorables de sus candidatos en las principales ciudades.
Las marchas “políticas” de Petro
PanAm Post estuvo presente en la manifestación en la capital colombiana y pudo comprobar cómo abundaban las banderas, pancartas, así como gorras y camisetas de los manifestantes alusivas a la coalición de gobierno, el Pacto Histórico. Incluso se pudo ver también una representación del M-19, el movimiento narcoguerrillero al que perteneció Petro, así como fotos de Gustavo Bolívar, el candidato a la alcaldía de Bogotá por el oficialismo. También hubo denuncias de movilización forzada de empleados públicos, como la presentada por el abogado y candidato al Concejo de Bogotá, Daniel Briceño.
En conversación con un par de asistentes a la marcha se pudo comprobar el carácter político-electoral del evento, que se pretendió vender como una acto de respaldo social. “Todas las marchas son políticas, es absurdo decir que no es político”, respondió sin tapujos un manifestante. A esto agregó otra persona que, efectivamente, estaba apoyando al partido de gobierno. “La única forma de tener gobernabilidad es apoyando a nuestro presidente”.
🇨🇴🎥 | Las marchas de Petro antes de elecciones.
Por @jgmartinez522
👉Comenta y comparte👇#PanAmPost #Colombia #Petro pic.twitter.com/MXQB3sRnrx
— PanAm Post Español (@PanAmPost_es) September 27, 2023
Otra reforma más
Como es el fin de todo megalómano, Gustavo Petro se dio un baño de masas entre aplausos y ovaciones de sus seguidores a un mes de las elecciones en las que se pondrá a prueba su gestión en las regiones. Durante su discurso en la plaza de Bolívar, punto de llegada de la movilización, el mandatario colombiano invocó la “justicia social” y la “igualdad”, principales promesas utópicas de todo socialista. Para ello hizo énfasis en la necesidad de apoyar sus reformas y sumó una más, a pesar de que no ha logrado que ninguna de las presentadas previamente sea aprobada en el Congreso.
La nueva iniciativa apunta a la modificación de la ley de los servicios públicos porque –según Petro– en Colombia “las tarifas se colocan en virtud de la rentabilidad de unos cuantos empresarios”. Por esta razón propone que “el servicio público debe tener en el centro de su corazón al usuario” para asegurarle “a la población los mínimos vitales de luz eléctrica, agua potable y alcantarillado”. Lo que no dijo es que el sistema de cobro de los servicios públicos en Colombia funciona desde hace décadas bajo un modelo socialista, en el que la población se divide en seis estratos y los más altos subsidian a los más bajos.
¿El “legado” de Petro?
Apelando a un discurso altamente populista, Gustavo Petro reiteró que su nueva propuesta se sumará a la de la salud “como un derecho universal”; la laboral, para que “en Colombia haya trabajo digno”; la educativa, “que busca que los jóvenes puedan entrar a la universidad”, y la pensional, para “que el viejito y la viejita puedan tener un plato de sopa (…) y un bono pensional que les permita tener el afecto de su familia, no morir en soledad”.
Petro se atrevió a decir que “si mañana hubiera elecciones” nuevamente “ganaría la presidencia”, obviando el 63 % de desaprobación que tiene su gobierno. Y para animar a sus seguidores a preservar su “legado” una vez que finalice su mandato, pidió que “ojalá otro gobierno progresista nos suceda (…) para continuar la senda que vamos trazando y profundizarla”.