Las confesiones del hijo de Gustavo Petro y de su exesposa obligan a que las instituciones liberales ejerzan con rigor sus competencias, al mismo tiempo bajo los valores de la moderación y de la estabilidad. La exigencia ciudadana es clave para ello.
El escenario no podría ser peor para el presidente Gustavo Petro: su propio hijo, y jefe político de su movimiento en la costa atlántica por decisión del jefe de Estado, confesó ante la Fiscalía General de la Nación que ingresaron dineros de personajes poco recomendables a la campaña presidencial, los cuales, además, no fueron declarados.
Nicolás Petro dijo esta semana: «Quiero anunciar a Colombia que hemos decidido iniciar un proceso de colaboración donde me referiré a nuevos hechos y situaciones que ayudarán a la justicia. Lo hago por mi familia y por mi bebé que viene en camino».
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Como lo señala una nota de PanAm Post, «Petro Burgos, hijo del presidente, desató la tormenta al contar a la Fiscalía que parte del dinero recibido de manera ilegal de un narcotraficante y de empresarios lo usó en beneficio propio y otra fue a parar a la campaña presidencial de Petro en 2022».
Agrega esa nota que, «de acuerdo con el fiscal del caso, de “dichos dineros unos ingresaron a sus arcas (de Nicolás Petro) y otros a la campaña presidencial de 2022 en la cual resultó elegido nuestro actual presidente, el doctor Gustavo Petro Urrego”».
La respuesta de Petro papá no se hizo esperar. El mismo jueves 3 de agosto dijo ante un grupo de ciudadanos que eso no es verdad, que no le ha dado la orden a ningún integrante de su familia de delinquir y que tampoco ha autorizado procedimientos ilícitos a su campaña para llegar a la Presidencia. Como lo reportó Semana, «tengo que decirle a esa persona que no siga diciendo mentiras, mi hijo no dijo eso, y no lo dijo porque a ninguno de mis hijos o hijas les he dicho jamás que delincan, eso no ha existido». Y agregó que «no va a pasar que se afirme que el actual presidente haya permitido o sugerido o sea cómplice de que uno de sus hijos delinca».
El presidente Petro también aprovechó para notificar al país que no va renunciar pase a lo que pase, dejando entrever que ello incluso así las instituciones liberales lo establezcan. Continuando con el reporte de Semana, el presidente de la República señaló que «tengan la certeza que este Gobierno se acaba de acuerdo al mandato popular, de nadie más y es bueno que eso quede claro en Colombia, no hay nadie que pueda terminar con el Gobierno que el pueblo mismo, el cual dio una orden, nos vamos hasta el año 2026, cualquier idea en contrario ojalá se esfume rápidamente, invito a personas que tienen otras ideas que paren, el pueblo se respeta, punto».
Petro perdió hace pocos días ni más ni menos que el control de la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes. Su candidato perdió el pulso de esa comisión ante un congresista conservador que no es cercano al gobierno. Esta comisión es la encargada de investigar y acusar a altos funcionarios del Gobierno, incluyendo al presidente de la República. Si dentro de la investigación se encuentra evidencia suficiente, la Comisión emite una acusación formal, la cual puede derivar en un juicio del presidente ante el Senado de la República.
En Defensa de la Libertad y de la Democracia: el centro político y los extremos explicados argumento que el centro-derecha, es decir, el espacio político que, con sus distintos matices, va desde el centro liberal a la derecha conservadora, lo unen una serie de principios y valores. Entre ellos, la más firme defensa de los principios y de las instituciones de la democracia liberal y valores como la moderación y la estabilidad.
El país debe entonces exigir que los responsables constitucionales a quienes nuestra democracia liberal les ha dado las funciones de investigación y juzgamiento al presidente de la República cumplan sus funciones correctamente. Es decir, con valor, rigor y moderación, de modo que lo realicen en estricto derecho y con la contención institucional debida, protegiendo así la estabilidad política e institucional del país. Los principios y valores liberal conservadores o de centro-derecha son hoy más necesarios que nunca. Las marchas que han sido convocadas para ello son claves en ese esfuerzo pues contribuyen a crear el clima de opinión que facilite a las autoridades el correcto ejercicio de sus funciones.
En Colombia estamos hoy entonces ante la necesidad de un momento liberal conservador, es decir, de centro-derecha.