Menger explicó al dinero como una institución social producto de la acción, pero no de la voluntad humana y que del intercambio directo evolucionó el indirecto, en diferentes lugares y momentos, con el dinero como categoría resultante común a diversas circunstancias, grados y tipos de una evolución concurrente. Gran parte de la historia de la Escuela Austríaca es la del desarrollo de la teoría del orden espontáneo de las instituciones sociales para explicar los procesos económicos.
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El orden espontáneo de la sociedad, a gran escala que entendemos, es como un conjunto de sistemas institucionales interdependientes que coevolucionan por selección adaptativa a través de la intersubjetividad en infinidad de acciones individuales. Y una comprensión del orden social a la que condujo necesariamente el radical subjetivismo que distingue a la Escuela Austríaca entre los paradigmas de la ciencia económica. Una lista al azar que elaboré hace poco con algunas de las más interesantes líneas de investigación contemporáneas en esta escuela, me sirve de ejemplo:
1) El desarrollo de la teoría de la imposibilidad del socialismo en una teoría general de la coacción institucional y sus efectos sobre el descubrimiento y coordinación de información y conocimiento.
2) La teoría dinámica de la formación de precios en el proceso secuencial intersubjetivo y la subsecuente investigación de emergentes intersubjetivos que operan como agregadores y sintetizadores de información de manera análoga a los precios propiamente dichos.
3) Una teoría dinámica de la competencia y el monopolio adecuadamente relacionada al estudio del intervencionismo a la luz de la teoría de la coacción institucional.
4) La teoría austriaca de la estructura dinámica del capital por etapas en el tiempo y el interés como emergente intersubjetivo, en que la preferencia temporal y el riesgo equilibrarían dinámicamente ahorro e inversión.
5) La teoría de los desajustes entre la economía real y la monetaria a la luz de la teoría austriaca del capital y el interés. Principalmente aplicando la teoría austriaca del ciclo económico a condiciones monetarias presentes
6) Replantear la teoría del desarrollo económico a la luz de la empresarialidad creativa de Kirzner y sus condicionantes institucionales a la luz del orden espontáneo.
7) La teoría de la eficiencia dinámica, particularmente a partir de los recientes trabajos al respecto de Jesús Huerta de Soto.
8) El análisis evolutivo del derecho y la teoría política iniciados en la tradición austriaca por Hayek y Cubedu, entre otros.
9) La reinterpretación de la antropología del agente partiendo de la teoría del orden sensorial de Hayek como aproximación pionera de la explicación de la acción económica a la luz de la neurociencia.
10) La aplicación de la teoría de la inviabilidad del socialismo de Mises y su ampliación por Hayek a la coordinación general de información, tanto a población y desarrollo como a sostenibilidad ecológica.
Aunque incompleta para toda la Escuela Austríaca contemporánea, la lista es suficiente para señalar la teoría del orden espontáneo como una línea principal de la que se derivan buena parte de las líneas de investigación actuales de esta escuela. En cierto sentido no podía ser de otra forma en la medida que la Escuela Austriaca define a la sociedad como un proceso. Proceso que explica a la luz de la intersubjetividad que descubre mediante el individualismo metodológico. Huerta de Soto resume el asunto afirmando que:
“…podríamos concluir definiendo la sociedad como un proceso (es decir, una estructura dinámica) de tipo espontáneo, es decir, no diseñado conscientemente por nadie; muy complejo, pues está constituido por millones de personas con una infinita variedad de objetivos, gustos, valoraciones y conocimientos prácticos; de interacciones humanas (que básicamente son relaciones de intercambio que se plasman en precios monetarios y se efectúan según unas normas, hábitos o pautas de conducta); movidas todas ellas por la fuerza de la función empresarial; que constantemente crea, descubre y transmite información, ajustando y coordinando de forma competitiva los planes contradictorios de los individuos; y haciendo posible la vida en común de todos ellos con un número y una complejidad y riqueza de matices y elementos cada vez mayores.”
Resunta evidente al profundizar en la interdependencia de los sistemas institucionales evolutivos del orden social, que nuestras creencias y sentimientos primarios –incluso ancestrales– acerca de lo que está bien y lo que está mal, condicionan nuestras escalas subjetivas de fines y nuestra selección de medios. Tanto o más que nuestra capacidad de razonamiento. Y eso implica que nuestras creencias ancestrales y la forma en que se mantienen, evolucionan o desaparecen en la sociedad civilizada, es parte fundamental del proceso que conducirá a la civilización en libertad o a la barbarie en socialismo.
Infinidad de personas muestran intensa preferencia emocional por ideas inseparables de sistemas empobrecedores y criminales en última instancia inviables en la sociedad a gran escala. Muchos las racionalizan en ideologías y dogmas político-religiosos. Y como se creyentes se empeñan en negar, contra toda evidencia, su carácter destructivo y genocida. Indiscutiblemente vemos un extendido empeño en creer en una mítica bondad del socialismo. Un empeño refractario a la razón. De ello se deduce el muy probable origen instintivo que deberemos entender para combatirla exitosamente esa doctrina antisocial. Partiendo de Schoeck y Hayek, mi hipótesis es que la envidia, es el poderoso atavismo evolutivo que sirve de axioma moral al socialismo. Una línea de investigación en las fronteras de sicología, sociología y economía a la que me ha conducido la teoría del Orden Espontáneo.