Pese a que el Gobierno de Estados Unidos ratificó hace un par de días que las sanciones al régimen de Nicolás Maduro “siguen vigentes”, en la práctica las decisiones emanadas desde Washington van por otro lado. La flexibilización de las sanciones a la dictadura venezolana continúan. Así se evidencia con la entrega de dos licencia a la compañía Siemens Energy AG que le permitieron al gigante energético suscribir contratos con el chavismo a través de terceros para poner en práctica el proyecto de Maduro de reconstruir la red eléctrica nacional.
- Lea también: EEUU ratifica que «sanciones al régimen de Maduro siguen vigentes»
- Lea también: Petro gestiona entrega de Monómeros a Maduro
Según un reporte de Bloomberg, el Departamento del Tesoro otorgó una licencia a Siemens Energy AG para trabajar en la reparación de las centrales que abastecen a Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).
El contrato entre Siemens y Maduro incluye además el mantenimiento de las instalaciones de generación a gas y diésel que proveen energía a Caracas. Una de las licencias otorgadas por EE. UU. “permite a Siemens trabajar con Corpoelec en plantas termoeléctricas en el estado Miranda, pero le impide aumentar la capacidad”, dijo el gerente comercial de Siemens en Venezuela, Eric Soto. Por otro lado, una segunda licencia, la cual vence en octubre, “autoriza a Siemens a vender y reparar componentes en centrales eléctricas propiedad de PDVSA”, con limitaciones similares a las de la primera.
Un gran desafío ante la desidia
El representante de la empresa en el país anunció que tras obtener la autorización de Biden, el régimen de Maduro tendrá capacidad para generar 1.000 megavatios más de energía para Caracas.
El plan de Maduro es reconstruir el sistema eléctrico con una inversión de 1.500 millones de dólares. Con la millonaria suma estima recuperar 9.000 megavatios de producción para 2025, según un documento de Corpoelec al que tuvo acceso Bloomberg.
¿Tiene dinero el régimen? Siemens conoce a su cliente comunista. La empresa alemana está en Venezuela desde hace 60 años.
La compañía asume un desafío grande cuando el Guri y otras centrales hidroeléctricas y termoeléctricas tienen capacidad para producir unos 32.000 megavatios de electricidad pero no logran satisfacer la demanda actual de unos 10.500 megavatios como consecuencia de una distribución deteriorada y plantas eléctricas disfuncionales, lo que ha hundido al país en apagones continuos y racionamientos frecuentes desde 2019.
El Comité de Afectados por los Apagones tiene en sus reportes alrededor de 96.291 fallas eléctricas anuales y 37.986 artefactos dañados -en promedio- por esta causa.
PDVSA también tendrá beneficios, considerando que regularmente sus actividades en los campos petroleros son suspendidas por la falta de energía para las unidades de bombeo.
Una contradicción: Biden sí está aliviando sanciones
Las sanciones en contra del régimen de Nicolás Maduro van en picada. A las licencias entregadas a Siemens se suma el permiso otorgado en mayo a la compañía estadounidense Chevron para retomar sus vínculos con Petróleos de Venezuela (PDVSA) para negociar su licencia con la estatal petrolera por conformar ambas cuatro empresas mixtas.
Aunque el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, afirmó el lunes que “las sanciones siguen vigentes”, Chevron armó un equipo comercial para manejar el mercado del crudo venezolano porque su mayor interés es asumir el control operacional sin un aumento de su participación accionaria en este primer paso de acercamiento. El acuerdo comercial entre Siemens y Maduro es otro que contradice el anuncio del gobierno estadounidense.
Si una supervisión de Chevron en los campos petroleros donde tiene presencia levanta la producción y las exportaciones de crudo de Venezuela y Siemens mejorara el servicio eléctrico, en Miraflores celebrarán el giro de la Administración demócrata que con la flexibilización de sanciones ayudará a prolongar la permanencia del régimen chavista en el poder.