La presión de la cuenta regresiva para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia tiene al candidato de la extrema izquierda, Gustavo Petro, dispuesto a “hacer lo que hacía 30 años atrás” para ganar el balotaje a Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción. El plan del abanderado del Pacto Histórico es “retornar” a las prácticas de su “juventud”. Así lo anunció este miércoles en la noche en una entrevista con RCN.
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¿Pero qué significa volver a lo que hacía en su juventud? Con un pasado donde destaca su participación en el grupo guerrillero M-19, sus declaraciones en televisión serían una amenaza implícita u otra enigmática propuesta para captar los votos que le son esquivos. “Ya lo verán”, advierte Petro, pero el exviceministro de Justicia, Rafael Nieto Loaiza, precisa en Twitter que “en su juventud, Petro hizo parte de una organización criminal que asesinó, secuestró, asaltó el Palacio de Justicia y masacró magistrados. Él nunca se ha arrepentido”. Es cierto. Petro ha eludido cuestionar las acciones del grupo armado y hasta su ingreso a este alegando que su participación se produjo cuando era un “jovencito”.
¿Qué significa que Petro quiera "hacer lo mismo que hace 30 años" y "retornar a su juventud"?
En su juventud, Petro hizo parte de una organización criminal que asesinó, secuestró, asaltó el Palacio de Justicia y masacró magistrados. Él nunca se ha arrepentido.¿Es una amenaza? pic.twitter.com/5gSHYz8WqI
— Rafael Nieto Loaiza (@RafaNietoLoaiza) June 2, 2022
“Petro la tiene muy difícil. No veo de donde puede conseguir los votos que necesita para ganar. Rodolfo Hernández tendría que equivocarse mucho”, agregó Rafael Nieto Loaiza en contacto telefónico con PanAm Post.
¿Presintiendo la derrota?
La posible radicalización de Petro en el camino al balotaje del 19 de junio exhibe su desesperación ante la cercanía de la cita comicial y su caída en las encuestas. El primer estudio después de la primera vuelta del 29 de mayo, realizado por el Centro Nacional de Consultoría (CNC), arroja que 41 % de los electores está a favor de Hernández y 39 % se inclina por Petro. Es la primera vez que el exalcalde de Bogotá no lidera una encuesta para esta elección, pero no la única.
En la medición diaria que comenzó a realizar desde el 31 de mayo el conglomerado de medios que agrupa a RCN, La FM y La República, conocido como Tracking Presidencial, Rodolfo Hernández se ha mantenido con una ventaja sobre Gustavo Petro superior a los 7 puntos. La última encuesta dada a conocer este jueves ubica a Hernández con una preferencia de 52,3 %, mientras que Petro cuenta con 45,1 %.
El abanderado del Pacto Histórico, quien antes de la primera vuelta publicaba diariamente en sus redes sociales los resultados de las encuestas que hasta ese momento le favorecían, desde el lunes dejó de hacerlo. Sus seguidores han preferido posicionar una tendencia relacionada con un supuesto fraude, asegurando que Petro realmente habría superado el umbral de 50 % en la primera vuelta, y que así como en las elecciones legislativas apareció una diferencia de un millón de votos entre el preconteo y el escrutinio, esta vez ocurriría algo similar. Pero se trató solo de una campaña de desinformación producto de la desesperación ante el aumento de probabilidades de una derrota.
La información oficial dada a conocer este miércoles por la Registraduría indica que la diferencia en las presidenciales entre el preconteo y el escrutinio fue de apenas 0,1 %. La verificación de las papeletas arrojó un ligero ajuste en los votos de Gustavo Petro de 8.527.768 a 8.541.617, pero en vez de subir en términos porcentuales bajó, ya que el resto de los candidatos experimentaron ajustes similares y se verificó el número de votos nulos y en blanco, descendiendo de 40,32 % a 39,84 %. La hipótesis del supuesto fraude no tenía ningún sustento. Para poder haber ganado en primera vuelta le habría hecho falta más de 10 % de los votos, es decir, un poco más de 2 millones. La verificación oficial solo le benefició con 13.849 votos.
Un discurso peligroso
El panorama deber inquietar a Petro. La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se lo dibujó el año pasado cuando le pidió “recapacitar” porque “la apuesta de radicalización, confrontación y caos tal vez le asegure likes pero no le garantiza la presidencia”.
Amauri Chamorro, un experto comunista en crear cuentas falsas ya arma una estrategia para intentar reposicionarlo con la circulación del discurso peligroso, deslegitimador de la izquierda que reniega de la democracia, anuncia golpes de estado nunca acaecidos, magnifica los problemas sociales y fustiga al modelo de economía de mercado.
La contención es y será crucial. En su columna más reciente, Nieto Loaiza advierte que “la angustia de un posible triunfo de esta izquierda local, retardataria, reaccionaria, dinosáurica, corrupta, para la que todo ha valido antes, como la combinación de las formas de lucha, y para lo que todo vale ahora” demanda “votar bien”.