Insertar un hisopo de cinco centímetros empapado en solución salina en el recto y rotarlo varias veces hasta obtener una muestra efectiva para descartar Covid es la orden del régimen comunista chino de Xi Jinping a dos semanas del comienzo de los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán en Pekín.
La disposición se basa en que los rastros del virus permanecen detectables durante más tiempo en las muestras de heces que en la nariz o la garganta, pero Japón solicita desestimar esta prueba por ser “indigna” y generar “angustia psicológica”.
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China repele los cuestionamientos sobre la metodología del invasivo test anal que, según el New York Post ya implementó en 27 residentes de un edificio donde se reportó el caso de una mujer con la variante omicron y sobre lo cual circula un video del incómodo método desde que se comenzó a implementar el año pasado.
https://youtu.be/Mk6klbmK7U4
Sin tolerancia
La incómoda medida que protestó Estados Unidos forma parte de la “tolerancia cero” del país frente a la variante omicron que mantiene a 20.000.000 de residentes confinados por brotes en seis ciudades.
También engrosa la lista de exigencias de China para la jornada deportiva donde destaca estar vacunados —o pasar una larga cuarentena—, utilizar mascarilla en las competencias y entrenamientos, la prohibición de cantos a las delegaciones que animarán a sus compañeros en terreno —solo pueden aplaudir— y un aislamiento inmediato en caso de resultar positivo.
Sin embargo, Forbes divulga que hay desacuerdos con el uso de hisopos para el incómodo test anal para detectar una enfermedad respiratoria. Yang Zhanqiu, un experto en patología de la Universidad de Wuhan, citado por el medio, asegura que los hisopos de nariz y garganta son las pruebas más eficientes para descartar COVID-19 porque aunque existen casos relacionados con el resultado positivo del coronavirus en los excrementos, ninguna evidencia sugiere que se haya transmitido a través del sistema digestivo.
Una controversia
Los viajeros que rechacen someterse al test anal decretado por las autoridades chinas deberán proporcionar una muestra de heces en el aeropuerto. No hay más opción.
A su llegada a la terminal aérea de Pekín, los participantes pasarán además por un control de temperatura y solo después abordarán el autobús que los trasladará a su alojamiento designado, donde esperarán por el resultado de la prueba que les permitirá moverse por las zonas autorizadas. Las restricciones a la movilidad en ese “circuito cerrado” pretenden sellar cualquier posible contacto entre la población olímpica y la local.
China también canceló los planes de vender boletos al público para los Juegos Olímpicos que se extenderán hasta el 4 de marzo y espectadores “seleccionados” serán los únicos asistentes. Incluso, el relevo de la antorcha será acordonado para separar al público, como otra medida para intentar detener la propagación del virus.