
Detrás de esa onda de modernidad financiera que promueve el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, con el uso del bitcoin como moneda de curso legal en el país, hay posibles pérdidas escondidas de los radares de la fiscalización pública. Estas oscilan entre los 10 y 20 millones de dólares. Un número que podría escalar fácilmente.
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Un reporte de Bloomberg revela que la dirección de la criptomoneda es un secreto en el Palacio de Gobierno, el cual vocifera tener un fondo de 150 millones de dólares en el banco estatal, Bandesal, para respaldar las transacciones de bitcoin. Sin embargo, la institución no publica información al respecto.
“La opacidad rodea todo lo relacionado con ella”, dijo Ricardo Castañeda, economista del Instituto de Estudios Fiscales de América Central con sede en El Salvador citado por el medio. “No hay información oficial sobre la cantidad de Bitcoin que compró el gobierno, el precio que pagaron o cuánto hay en reserva”.
Para sortear el hermetismo que rodeó la compra de las criptodivisas que realizó Bukele, se hicieron cálculos a partir de las publicaciones del mandatario apuntan que las primeras compras le costaron alrededor de 71 millones de dólares. Se tomó como precio de adquisición promedio el de 51,056 de dólares por token, usando la fecha y hora de sus tuits. Si su despacho revirtió las monedas digitales, ahora se cotizan alrededor de 61 millones de dólares, lo cual representa una merma del 14%.
La depreciación explica la desconfianza en la moneda digital que siete de cada diez salvadoreños perciben en el estudio del Instituto Universitario de Opinión Pública.
A un poco más de 4 meses de su aprobación, 7 de cada 10 salvadoreños confían poco o nada en el Bitcoin como moneda de curso legal. #EncuestaUCA pic.twitter.com/8IBI3eQu60
— IudopUCA (@IudopUCA) January 14, 2022
Una cartera de riesgos
Lo opaco en las prácticas que lleva a cabo Bukele, en las cuales involucra sus operaciones con bitcoin arrastran a la perspectiva crediticia de El Salvador a “riesgo alto”, debido a una “creciente posibilidad de incumplimiento”. Así lo estima Moody’s Investors Service, argumentando un deterioro en la calidad de las políticas financieras y las presiones de liquidez que enfrenta el país centroamericano.
Desde julio, la agencia bajó la nota de crédito de la nación a “Caa1” por la vulnerabilidad de su posición fiscal a sacudidas financieras. Moody’s estima que el acceso a los mercados de El Salvador seguirá probablemente restringido debido a un calendario de amortización desafiante a partir de 2023.
Su pronóstico coincide con el emitido en octubre por la calificadora Standard and Poor’s (S&P) cuya perspectiva de El Salvador pasó de “estable” a “negativa”.
La categoría es una advertencia para Bukele: si no logra un progreso adecuado para llenar la brecha de financiamiento para 2022, S&P bajaría la calificación en los próximos seis a 18 meses, lo que complicará más las posibilidades de conseguir créditos fuera del país.
El cambio de Standard and Poor’s ocurrió el mismo día que la calificadora de riesgo Fitch divulgó un análisis donde señala que “El Salvador subestima las necesidades financieras en el Presupuesto 2022” con cálculos de ingresos que “no son realistas”, porque no se apegan a las proyecciones de crecimiento del PIB, ya que calcula que el déficit podría estar más cerca de los 1700 millones de dólares.
Con planes peligrosos
Aún con el panorama desalentador, Bukele insistirá en su manejo del tema criptomonedas caracterizado por el hermetismo que ha rodeado sus operaciones. Para ello enviará al Congreso —donde su partido Nuevas Ideas tiene la mayoría— varias propuestas de ley en el ámbito financiero que pretenden establecer la una inédita emisión de bonos en bitcoin.
La idea del mandatario es tener un “andamiaje jurídico” para los compradores. Al menos así lo proyecta. Sin embargo, en el fondo, la aprobación de las normativas significaría que Bukele avanzaría en la consolidación de la primera «Ciudad Bitcoin» financiada inicialmente con bonos respaldados por bitcoin.
La energía para minar las criptomonedas y que alimentará las necesidades de esta ciudad las proveerá un volcán y no se cobrarán impuestos excepto el impuesto al valor agregado dijo antes de despedir el 2021.
El Presidente @nayibbukele anuncia la construcción de “Bitcoin City”. 😎
Se construirá cerca del volcán de Conchagua y se aprovechará la generación de energía geotérmica para la ciudad y el minado de #Bitcoin. pic.twitter.com/G8yp0NOPuu
— Casa Presidencial 🇸🇻 (@PresidenciaSV) November 21, 2021
El monto inicial será de 1000 millones de dólares a un plazo de diez años. Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional desconfía de esta medida ante la volatilidad del bitcoin que implica riesgos para los consumidores; así como para la integridad del sistema financiero del país.
Incluso, hay pronósticos de “riesgo severo” considerando que la empresa a cargo de las operaciones será Bitfinex Securities ya fue multada con 18,5 millones de dólares por el estado de Nueva York en febrero y otros 41 millones de dólares por la Comisión de Comercio de Futuros y Productos Básicos de Estados Unidos en octubre pasado, por repetidas declaraciones falsas e irregularidades en la administración durante varios años, según Business Insider.
Quien diga lo contrario es un “id10t” para Bukele, quien ya el tildó así al economista de Johns Hopkins, Steve Hanke por asegurar que el uso de energía geotérmica de un volcán inactivo era “travesuras de un presidente narcisista que está lleno de aire caliente”.