“El mañana no existe”, bajo esta frase suelen promoverse innumerables teorías, así como pensadores de este y todos los siglos anteriores. Algunos —un poco más incrédulos— creen que la mejor manera de predecir el futuro es creándolo. Sólo así se explica que la cúpula de la dictadura castrista hoy esté en carrera, definiendo sus nuevas estrategias para la economía y eternización del comunismo en Cuba.
El reloj está en contra. En dos semanas, entre el 16 y 19 de abril, sesionará el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) donde el buró político de 17 miembros, el comité central constituido por 142 militantes y un secretariado de cinco integrantes más definirán cómo levantarán su aparato productivo y manejarán la salida de Raúl Castro de la presidencia del partido que se ha encargado de lacerar por años la economía y las libertades de quienes viven en la isla.
Raúl Castro se jubilará a sus 89 años de sus funciones en el Partido Comunista y dejará la dirección máxima en las manos de quien hoy dirige el régimen cubano, Miguel Díaz-Canel. Ese es parte del “objetivo medular” de la convocatoria pero además Granma revela que este evento —el primero después de la muerte de Fidel Castro en 2016— “tendrá una importancia estratégica para el destino de la nación, la garantía de la continuidad del proceso revolucionario y la irreversibilidad del socialismo”.
Un punto crucial
La dirección del partido, representantes de organizaciones e instituciones ya tienen un informe listo para discutir con los delegados “las proyecciones para perfeccionar el trabajo en las actuales y futuras circunstancias” sin precisar cuáles vislumbran.
Pero el documento, citado por el órgano del Partido Comunista de Cuba, divulga que la atención de las estructuras se centrará en las “cuestiones relacionadas con las exportaciones, la sustitución de importaciones, la producción de alimentos, los encadenamientos productivos, las inversiones, el ordenamiento monetario, el ahorro, entre otros”.
No es casualidad. El medio cubano y subordinado a la tolda admite que “a pesar de lo alcanzado, en ocasiones ha primado el formalismo y no se ahonda en las causas y responsables, ni se involucra a los militantes y trabajadores en la búsqueda de soluciones”.
La evidencia más clara es que en el segundo semestre de 2020, 21 % de las familias cubanas vivió con menos de 20 dólares al mes y considerando una media de tres personas por hogar, 64 % de los cubanos vivió con menos de 1,11 USD por día. Estas cifras reflejan un estado realmente deplorable en su economía.
En total, 77 % de los cubanos manifestó una situación de escasez severa o moderada; y 42 % afirmó tener «problemas incluso para comprar lo más esencial para sobrevivir» difundió el Observatorio Cubano de Derechos Humanos.
⛔ Informe Anual 2020 OCDH:
Represión y Pobreza en ?? Cuba ??➡️ 1.798 detenciones arbitrarias. 216 violentas
➡️ 1.647 retenciones forzosas de activistas en sus casas
➡️ 64%* vive con < de 1,11 USD por día.
* media de 3 personas por hogar?Informe?? https://t.co/kvJ2GTR2fG pic.twitter.com/KmITRAWN4z
— Observatorio Cubano de Derechos Humanos (@observacuba) January 13, 2021
Un motivo real
En la práctica, para 60 % de las familias cubanas, los alimentos de la libreta de racionamiento cubren sólo entre cinco y diez días al mes. Una realidad que dista de los integrantes de la familia Castro que viven bajo el disfrute de lujos y excentricidades.
Quizá eso sea el motivo que llevará a los asistentes a la cita partidista a enfatizar que “pocas veces los análisis sobre los asuntos económicos-productivos obvian las debilidades de carácter subjetivo” y que “tampoco se exige responsabilidad, como corresponde, a los cuadros encargados de dirigir las diferentes tareas” según Granma.
En esos términos, el calor del debate ya se siente porque además “el Congreso examinará la situación de núcleos que no discuten ni actúan con la fuerza y energía necesarias ante incumplimientos productivos u otras deficiencias de sus entidades”.
El arma más filosa
La dictadura castrista está convencida de que “el pensamiento es la guerra” y planean librarla. Este tipo de iniciativas son catalogadas como las más peligrosas, porque así propaga su ideología el Partido Comunista de Cuba.
De hecho, el Partido comunista incluyó en su sistema de trabajo “el seguimiento y enfrentamiento a la subversión político-ideológica que tiene en internet y las redes sociales un escenario permanente de confrontación con el enemigo”. No hace falta diseccionar el mensaje para entender que la dictadura busca la restricción de las libertades, sobre todo la libertad de expresión, un derecho humano.
Tras leer estas líneas que aluden a un futuro “enfrentamiento a la subversión”, los primeros sucesos que llegan a la mente han sido los dolores de cabeza que ha traído a la dictadura cubana la condena internacional que se hizo a la persecución a los artistas del Movimiento opositor San Isidro, al igual que la proliferación de la canción “Patria y Vida”, protesta en clave de sol que ha ganado el repudio del régimen cubano por visibilizar las penurias de quienes viven en la isla.
Por ello, conscientes de la carga del mensaje que por años ha mantenido al régimen comunista en el poder, el Congreso enfocará su mirada en cómo alcanzar una “efectividad superior en todos los ámbitos y formas”, utilizando los medios disponibles para asumir la batalla comunicacional con mayor creatividad e inteligencia.
En ese empeño ampliará sus mecanismos informativos y ordenará la gestión de contenidos en sus medios de prensa al considerar “la comunicación un pilar para la gestión del Gobierno y un recurso estratégico para el avance y defensa del sistema socialista, en momentos de grandes desafíos asociados al proceso de informatización de la sociedad cubana”. Significa para ellos el anuncio de una “batalla por sembrar conciencia”.
Estaca ideológica
El camino de los comunistas cubanos para asegurar en el tiempo las bases de la dictadura inspiradas en las doctrinas políticas del héroe nacional José Martí, así como del dictador Fidel Castro en el marxismo-leninismo, los condujo a eliminar ya la figura del Instructor encargado de la atención directa a los núcleos en la estructura de los comités municipales, de modo que se pudiera tener “flexibilidad” en la organización y definición de prioridades por parte de los burós y también colocar a sus primeros secretarios como máximos responsables.
De esa manera, prevén revertir el “decrecimiento” en las filas de los comités provinciales. La meta luce más fácil en palabras porque el partido identifica problemas que aún persisten y limitan los resultados de lo contrario el Congreso no abordaría que “en los territorios no siempre se atienden con inmediatez e iniciativa asuntos que ameritan una actuación más ágil”.
Audiencias públicas, barrios debates, la creación de Destacamentos y Frentes, forman parte del plan para involucrar a sus miembros y atraer e impregnar mucho más a los jóvenes de la peligrosa ideología comunista impulsada por años por los Castro y que próximamente se vuelve a desplegar en abril en La Habana porque la cita tiene una brújula: la conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, que no es más que la elaboración conceptual del futuro del país.