
Un informe de Bloomberg reveló como la tiranía de Nicolás Maduro ha triplicado la minería ilegal de oro en el país. Según indicó el trabajo elaborado por la periodista Fabiola Zerpa, con la colaboración de Patricia Laya y Peter Millard, el régimen está intensificando la extracción aurífera en la zona de la «Amazonía» venezolana, incluyendo las áreas protegidas.
Para nadie dentro de Venezuela es un secreto lo que ocurre en la Amazonía de Venezuela o en el Arco Minero del Orinoco (AMO), un «proyecto» creado por el chavismo en el 2016 con el fin de explotar los recursos minerales estratégicos del país mediante actividades ilícitas. En esta parte de Venezuela la extracción criminal de diversos recursos está provocando un etnocidio y un ecocidio sistemático en la zona. El AMO, por ejemplo, corresponde al norte del estado Bolívar. En el caso de la Amazonía, hablamos del estado Amazonas, parte de Delta Amacuro y la región Guayana.
Ahora, la pregunta clave qué debemos hacernos es: ¿por qué el régimen está triplicando la extracción aurífera criminal ? No es un tema únicamente de la habitual depredación del chavismo, es por necesidad.
Los problemas financieros del régimen
Las efectivas sanciones del Gobierno de los Estados Unidos son la excusa habitual para justificar los problemas económicos de Venezuela. Muchos medios utilizan estas medidas impuestas para lavarle la cara a Maduro y a sus aliados. Ignoran, por supuesto, que la crisis financiera y económica viene de larga data; mucho antes de las sanciones. Y los problemas de divisas ni hablar, la trágica devaluación y la inflación sanguinaria es mérito único y exclusivo del chavismo, pero muchos omiten esos hechos.
Este contexto económico crítico ha llevado al chavismo no a depender, porque existen actividades como el narcotráfico que son esenciales para el sostenimiento del narcorégimen, sino más bien a tener al Arco Minero del Orinoco como una fuente gigante de recursos con los que puede financiar sus actividades ilícitas y pagar deudas a sus aliados globales. En ese sentido, no es de sorprenderse que países como Irán, Turquía, China y Rusia tengan intereses en la extracción de los minerales venezolanos, al igual que los grupos de guerrilla como FARC o ELN.
Bloomberg destaca que «la cantidad de tierra utilizada para la minería se ha más que triplicado desde marzo del año pasado», según los datos de la organización Wataniba. Y lo peor de todo esto es que se espera que la extracción criminal se acelere aún más «después de la autorización en abril de nuevos lotes en cinco ríos».
¿Qué está ocurriendo?
El PanAm Post contactó a una de sus fuentes periodísticas especialistas en temas ambientales, Fritz Sánchez, quién comentó que el régimen de Maduro «creó un decreto donde autorizaba a la actividad minera en cinco ríos de la región Guayana». El periodista explica que estos ríos, de igual manera, ya se estaban explotando, pero que este decreto «pretende darle legalidad a la ilegalidad que se viene ejerciendo desde hace varios años en la zona».
De hecho, el periodista viene denunciando la imposición de la minería ilegal en el bajo Caura, la cual generará el colapso total del tercer río más importante de Venezuela: el mismo Caura.
Tras días incomunicados, líderes indígenas y criollos del Bajo Caura denuncian la reactivación de la minería en la cuenca Baja.
La balsa fue reubicada 7km aguas arriba de la población de Maripa, mun Sucre del estado Bolívar pic.twitter.com/dctTt7YaF4— Fritz Sanchez (@Fritz_A_Sanchez) August 27, 2020
Sánchez explicó que «el agresivo avance de la minería ilegal impulsada desde la narcodictadura ha generado una fragmentación de habitat´s sin precedentes, acompañada por una, no menos grave, fragmentación de la soberanía nacional al ceder el control de la actividad extractivista a insurgentes colombianos, grupos islámicos y hampa organizada (…) La complicidad del Estado venezolano es absoluta y comunidades —principalmente indígenas—, están a merced de estas organizaciones».
Lo que explica el comunicador no es un dato menor, además de la violación de la soberanía, lo que impulsa a estos grupos —y al régimen— a dominar la zona son los intereses económicos. Maduro, aparte de triplicar la extracción criminal aurífera, también ha intensificado la comercialización de las reservas con Irán y Turquía.
El crecimiento de la extracción
«Las áreas mineras en la Amazonía venezolana han crecido de manera caótica, incluso en áreas aledañas a pueblos y ciudades», dijo a Bloomberg la directora en Amazonas de Wataniba, Tina Olivera. El reportaje del medio americano indica que, si bien las minas se han reducido en términos cuantitativos, lo que se debe a que las operaciones se han fusionado, no menos cierto es que «un estudio satelital de Wataniba muestra que su alcance (el de la extracción) había crecido a 116 655 hectáreas en marzo de este año con relación a las 33 926 hectáreas del año anterior».
Por supuesto, las actividades mineras ilícitas promovidas y promocionadas por Maduro y el chavismo, ha traído consecuencias irreparables para el medio ambiente y las comunidades autóctonas y criollas que habitan en las zonas más afectadas del Arco Minero del Orinoco y la Amazonía. Por esta razón, y al ser una de las principales actividades de financiamiento del régimen, el gobierno de los EE. UU impuso sanciones al comercio de oro entre Turquía, Irán y El Caribe.
Cuando se mencionan los problemas a raíz de la minería ilegal se habla de: ecocidio, etnocidio, violación de los derechos humanos y a la soberanía nacional, masacres, violencia, extorsiones y una cultura de la muerte que azota a las comunidades indígenas y criollas junto a la bella naturaleza de esa zona del país. Maduro y sus aliados no solo han triplicado la extracción aurífera criminal en Venezuela desde el año pasado, sino que siguen devorando todo lo que es el Arco Minero y la Amazonía venezolana.