La carrera entre las súper potencias ya no es espacial, como en tiempos de la Guerra Fría. Ahora parece haberse centrado en el desarrollo de aviones no tripulados con fines militares. Todo indica que China no se está quedando atrás y busca competir con países como Estados Unidos. O eso es lo que se logra evidenciar en un documento que se filtró del Ministerio de Defensa Nacional de China.
The Epoch Times fue el encargado de publicar el texto, que llegó a sus manos gracias a una fuente confiable. El mencionado documento tiene fecha de julio de 2017. En él se describe la ambición de Pekín por dominar lo que ellos llaman una “guerra dimensional total”. Término utilizado para referirse al control sobre el mar, la tierra, el aire, el espacio y el espectro electromagnético a través del cual se comunica el equipo militar.
Ese objetivo sería alcanzado con el desarrollo de drones militares avanzados. Para ello, el Estado chino ideó un plan para diseñar uno o dos tipos de drones militares pequeños y de largo alcance, al tiempo que establecía una fábrica para producir 1000 drones por año. El documento indica que hubo una inversión de 130 millones de yuanes (aproximadamente 20 millones de dólares) para levantar la empresa de fabricación de drones que comenzaría la producción a fines de 2018.
En el texto se puede leer que “la implementación del programa armará a nuestra defensa nacional con el último poder de combate en la guerra vertical futura y la hará capaz de lidiar con las armas militares de Estados Unidos, dándole un marcado significado militar”.
El régimen chino calificó a los drones como críticos para “que una nación pueda participar en un combate moderno”.
Es menester aclarar que en el documento no se logra encontrar información sobre el costo de fabricación de los drones. Sin embargo, The Epoch Times, conoció una directiva de 2017 del Departamento de Desarrollo de Equipos del Partido que permite establecer el precio del programa.
El costo del programa
En dicha directiva se habla de un proyecto que coincidía con la descripción de los drones mencionados y que tendría un presupuesto estimado de unos 6 millones de yuanes ($ 927.859) para construir un prototipo y publicar un informe de prueba de vuelo para 2020.
“En la guerra futura, apoderarse de más recursos de información mientras se controla y restringe la información de otras naciones será un componente clave para competir con las naciones durante períodos pacíficos, y una estrategia de combate importante en tiempos de guerra”.
Las características que hacen atractivos a esos drones se resumen en “bajos costos” y una mejora de la “capacidad de luchar en un entorno peligroso”.
La academia no estuvo al margen del desarrollo de este programa bélico, pues varias universidades chinas de ingeniería y aeronáutica colaboraron en el proyecto. Un ejemplo es la Universidad de Zhejiang, una de las escuelas nombradas, la alberga un instituto para el desarrollo de drones. Dicho instituto ha recibido aproximadamente 100 millones de yuanes (unos 15,5 millones de dólares) para proyectos de la fuerza aérea china y otras agencias estatales.
China, el rey de los drones comerciales
Los fabricantes de drones comerciales chinos han dominado el mercado mundial, pero sus empresas no escapan de la controversia. Por ejemplo, DJI, una compañía dedicada a la fabricación de drones con sede en Shenzhen ha sido sancionado por Estados Unidos. Las sanciones se aplicaron debido a que los drones eran “equipos de vigilancia de alta tecnología” que permiten abusos de los derechos humanos en China. Según una investigación citada por The Epoch Times, las empresas chinas poseen alrededor del 70 a 80 por ciento de la participación del mercado mundial a octubre de 2020.
Tratándose de drones de combate, China aún tenía un largo camino por recorrer. Los tipos de motores actuales que se encuentran en los drones militares chinos, como los motores de pistón y turbo eje, no son aptos para vuelos largos y a gran altitud, según el documento filtrado.
Además, señaló que Pekín ha “logrado algunos avances en la reproducción del Rotax 914”, un motor turboalimentado de cuatro tiempos y cuatro cilindros construido por la empresa austriaca BRP-Powertrain que, según dijo, ha sido el sistema de motor líder en el mundo.
Drones estadounidenses en la mira de China
El dossier también mencionó cuatro modelos de drones actualmente desplegados en la Fuerza Aérea de EE. UU. Se trata del RQ-1A Predator, el MQ-9 Reaper, el MQ-9A Reaper y el RQ-4 Global Hawk.
El documento describe al último dron –desarrollado por la firma de tecnología de defensa de Virginia Northrop Grumman– como el más avanzado que utiliza el ejército de los EE. UU. Ese modelo es conocido por su capacidad para volar a grandes altitudes de hasta 60000 pies durante más de 30 horas.
El nuevo dron, según el documento, debería poder volar durante más de 24 horas con una capacidad de carga de 6 kilogramos.
Igualmente, el documento cita dos modelos de drones militares chinos, Wing Loong y Caihong (también conocidos como Rainbow) fabricados por subsidiarias de la empresa aeroespacial estatal Aviation Industry Corporation of China.
Los expertos militares han sospechado que algunos modelos son clones de drones estadounidenses debido a su parecido visual con los modelos Predator y Reaper, fabricados por la firma General Atomics con sede en San Diego.
Ante los peligros que estos desarrollos chinos pueden traer para EE. UU. y el mundo, dicho gobierno ha sancionado a varias empresas chinas e individuos.
Estados Unidos y su respuesta
En los últimos meses, DJI se ha enfrentado al escrutinio de los Estados Unidos por problemas de infracción de derechos de autor y vulnerabilidades de seguridad. El Departamento de Justicia ha procesado a varias personas por conspirar para exportar tecnologías relacionadas con drones a China.
En agosto de 2017, el ciudadano chino Sun Fuyi fue sentenciado a tres años de prisión. La condena se dio por un plan para adquirir fibra de carbono de alta calidad para el gobierno chino, que tiene aplicaciones en drones y otras tecnologías aeroespaciales.
En agosto de 2016, Man Wenxia, residente de California, fue condenado a 50 años de prisión por intentar exportar equipo militar, incluido un dron, al Ejército chino.
En 2014, dos ciudadanos taiwaneses se declararon culpables de su papel en la conspiración para traficar piezas de un pequeño dron conocido como “RQ-11B”, fabricado por el contratista de defensa estadounidense AeroVironment.
En 2009, un profesor retirado de la Universidad de Tennessee, recibió una sentencia de 48 meses después de admitir haber exportado ilegalmente 15 materiales de defensa diferentes a un ciudadano chino. Los datos que transportó involucraron un proyecto de la Fuerza Aérea de los EE. UU. para desarrollar una forma avanzada de dron con sistema de armas.