Cada día cientos de venezolanos deciden tomar un nuevo rumbo y abandonar su país. Cada quien tiene sus motivos personales para hacerlo; ya sea por búsquedas laborales, situación económica, crisis política, inseguridad y más.
Pero ya no son solo los venezolanos los que están decidiendo buscar oportunidades fuera de la nación suramericana. La sucursal de los Marineros de Seattle en Venezuela ha zarpado en un nuevo rumbo, y desde el primero de mayo se encontrarán trabajando desde su sucursal en República Dominicana.
Una fuente del equipo de béisbol de Grandes Ligas, que quiere mantenerse en el anonimato, conversó con el diario El Nacional y expresó que los motivos por los cuales se están retirando del país es porque “no hay manera de garantizarle a los muchachos las arepas del desayuno porque no se consigue la harina. Cada día es más difícil conseguir algo tan simple como el pollo, para poder alimentarlos”.
Los Marineros de Seattle no son los primeros en partir. En 1999, existían 23 campos de entrenamiento de la Summer League en Venezuela; en la actualidad solo quedan los Astros de Houston, Filis de Filadelfia, Cachorros de Chicago, Rayas de Tampa Bay y Tigres de Detroit.
En las academias de la Summer League de Venezuela se reúnen jóvenes peloteros de todo el territorio nacional y de algunos países centroamericanos y caribeños, quienes durante meses centran sus actividades diarias en el desarrollo deportivo para después ser enviados como integrantes de ligas menores a equipos de Estados Unidos.
La decisión que tomó el gobierno de Venezuela de exigir visas para los ciudadanos estadounidenses que decidan visitar al país ha agravado la situación. En las últimas semanas fueron devueltos de Valencia dos Scouts de los Astros por carecer del visado.
Con cada liga que se ha ido del país han quedado desempleados cientos de venezolanos, entre árbitros, anotadores oficiales, empleados administrativos y más. Sin embargo en este caso, Seattle le ofreció un contrato de traslado por tres años a todos sus empleados y peloteros.
La pérdida para esa tierra apasionada por el béisbol es mayor. Con cada liga que se retira del país se va también el sueño de un niño que quiere convertirse en el próximo Félix Hernández, ganador del premio Cy Young como mejor lanzador de la Liga Americana, y quien entrenó en la granja de los Marineros.
La Summer League es el primer eslabón para convertirse en un Grandes Ligas, y las posibilidades se reducen cada vez que el fichaje es menor. Cada sucursal entrena por lo menos a 35 peloteros en cada sesión, de los cuales casi todos son venezolanos.
El béisbol no ha sido el único afectado por las desmejoras en la situación económica, social y política de Venezuela; en los últimos once años han desaparecido mas de cuatro mil industrias y han cerrado sus puertas más de 205 mil establecimientos empresariales.
Ambev, empresa brasileña que fabricaba la cerveza Brahma, se tuvo que retirar del país en 2013, dejando a más de 350 trabajadores directos desempleados; durante el mismo año, Schlumberger, la empresa de servicios petroleros más grande del mundo, abandonó sus operaciones en Venezuela por problemas financieros.
Otras organizaciones internacionales también se han visto afectadas por la situación del país. En 2012 ONU Mujeres Venezuela tuvo que mudar su trabajo a Panamá por falta de recursos. Esto sucedió unos meses después de que se le negara a una de sus directivas la entrada oficial al país.
Mientras la situación en el país no mejore, poco a poco las sucursales de la Summer League, las industrias, y otras organizaciones internacionales en Venezuela van a optar por seguir los pasos de los Marineros y zarpar en búsqueda de tierras con mejores oportunidades y condiciones; dándole así más motivos a los venezolanos para querer emigrar.