El Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se convirtió en un “hazmerreir” mundial: Cuba, Rusia y China fueron incorporados como miembros del órgano. Las tres naciones, claramente identificadas como violadoras de derechos, hoy forman parte del Consejo que debería condenarlas.
Efectivamente, el régimen cubano obtuvo este martes el 88% de los votos para su ingreso, en tanto que Rusia y China alcanzaron el 82% y 72% respectivamente.
Cuba, una burla a las víctimas del régimen castrista
Durante la presentación de su candidatura, Cuba se comprometió a promover los “derechos culturales” y destacó el “carácter participativo y democrático” de su sistema político. Sin embargo, en la isla, el único partido reconocido legalmente es el Partido Comunista, mientras que los opositores son perseguidos, arrestados, encarcelados, y hasta se les impide salir del país.
“Poner a Cuba en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es como poner a Jack el Destripador en un comité para acabar con la violencia de las armas blancas en Londres”, dijo a la agencia de noticias EFE John Suárez, director del Centro para una Cuba Libre.
Rusia, otro violador serial de derechos
El líder ruso Vladimir Putin no se queda atrás. Recientemente se conoció que su principal opositor, Alexei Navalny, habría sido envenenado por el régimen. Un hecho más de una larga lista de violaciones a derechos.
Esto se suma a que Putin se ha convertido en un dictador buscando perpetuarse en el poder a través de fraudes electorales. Además, las graves denuncias de torturas, persecución y el control masivo sobre los medios de comunicación han determinado la calificación de Rusia en el Democracy Index elaborado por The Economist como un país autoritario.
China, una “amenaza global para los derechos humanos”
Asimismo, el país oriental ha sido considerado como amenazante en materia de respeto a los derechos humanos. El informe más reciente de Human Rights Watch reveló que el régimen chino ha creado un estado de vigilancia omnipresente, en pos de un control social absoluto.
“En la actualidad usa su influencia económica y diplomática para evadir acciones internacionales fuera de sus fronteras que reclaman que rinda cuentas por la represión. A fin de preservar el sistema internacional de derechos humanos como mecanismo efectivo para contrarrestar la represión, los gobiernos deberían cerrar filas ante los ataques de Pekín”, señaló Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch.
El funcionario comentó que hace bastante tiempo que Pekín adopta medidas de represión para con los disidentes. “Ahora el gobierno chino intenta extender esa censura al resto del mundo. Para proteger el futuro de todos, los gobiernos deben actuar juntos y oponer resistencia al embate de Pekín sobre el sistema internacional de derechos humanos”, agregó.
La ONU bajo la lupa
“En materia de preservar la paz, la seguridad y los derechos humanos, la ONU ha quedado marginada”, así lo afirmó en diálogo con PanAm Post Diego Arria, expresidente del Consejo de Seguridad de la organización.
“La ONU tiene 193 países que forman parte de la organización. De acuerdo con The Economist, solo 75 respetan las libertades y la democracia; ésa es la realidad. El Consejo de Seguridad tiene a Rusia y a China que no son adalides de la libertad. El mundo no tiene un buen retrato de lo que significa la ONU en los fines de lo que representan la paz, la libertad, y los derechos humanos”, comentó.
Hay que recordar que decisiones como las asumidas recientemente en el seno del Consejo de Derechos Humanos, han motivado la salida de países como Estados Unidos al considerar que dicho organismo se ha convertido en una mofa a sus propios valores.
“La elección de China, Rusia y Cuba para el Consejo de Derechos Humanos de la ONU valida la decisión de Estados Unidos de retirarse del Consejo en 2018 y utilizar otros lugares para proteger y promover los derechos humanos universales. En la Asamblea General de este año, hicimos precisamente eso”, señaló Mike Pompeo, jefe de la diplomacia norteamericana en su cuenta de Twitter, recordando que Washington identificó y castigó “a los violadores de los derechos humanos en Xinjiang, Myanmar, Irán y otros lugares”.