Después de haber acabado con más de 10 200 empresas en Venezuela, el régimen de Nicolás Maduro habría negociado con el sector empresarial de este país para aliviar la presión en su contra en medio de la crisis humanitaria que ha causado. Una estrategia con el que la tiranía busca perpetuarse en el poder.
Un reportaje del diario estadounidense The New York Times (NYT) reveló que en 2018 se dio una reunión secreta entre el régimen y la clase empresarial, en ese momento representada por Lorenzo Mendoza, dueño de la compañía más grande de Venezuela, Empresas Polar.
Según cinco personas que tuvieron conocimiento de ese encuentro y hablaron con NYT, en el pacto se acordó que Mendoza dejaría sus comentarios críticos contra el chavismo y saldría de la vida pública y, a cambio, el Gobierno dejaría de perseguir a Polar y hasta realizaría algunas concesiones en materia económica, como no interferir en el despido de personal, flexibilizar el control de cambios y acabar con las inspecciones a la empresa.
Según NYT, a partir de dicha reunión Mendoza no solo “desapareció” de la palestra pública, sino que además ahora los gremios patronales como Fedecámaras empiezan a llamar a la inversión en Venezuela. “A medida que las poderosas firmas estatales de Venezuela se detuvieron, los ministerios de Maduro han devuelto silenciosamente a operadores privados docenas de compañías, incluidos hoteles icónicos e ingenios azucareros, que habían expropiado, según un asesor del Gobierno”, señala el diario estadounidense.
Aunque ciertamente el régimen ha relajado los controles en el país suramericano, las excesivas normativas se mantienen vigentes: aún existe el control de cambio, la ley de Costos y Precio, la ley del Trabajo, entre otras. Todo esto aún genera desconfianza y pocas garantías para invertir.
Con Maduro, el país ha perdido casi las tres cuartas partes de su producto interno bruto, y casi nueve de cada diez venezolanos luchan por satisfacer sus necesidades básicas.
¿Reunión secreta?
De acuerdo con el diario estadounidense, cuando Polar estuvo a punto de declararse en “crisis” por las presiones, controles y persecución del régimen, Mendoza buscó acercarse a la tiranía para mantener un “pacto informal”: “saldría del escenario público a cambio de que el Gobierno dejara de acosar a la compañía”.
Asegura el NYT que se dio un encuentro entre el presidente de Empresas Polar y la esposa de Maduro, Cilia Flores.
El Gobierno dejó de obligar a Polar a entregar sus productos a precios reducidos. Hoy, el Gobierno proporciona a los principales productores privados materias primas y negocia las compras de alimentos en términos de mercado, según fuentes de la industria. Las tiendas están llenas nuevamente, incluso si los productos están fuera del alcance de la mayoría de los venezolanos.
El NYT no da mayores detalles de la presunta reunión secreta, pero menciona que Mendoza buscó acercarse también al sancionado Tareck El Aissami, acusado de narcotráfico por Estados Unidos, quien es vicepresidente del área económica de Venezuela. El diario estadounidense señala a El Aissami como el responsable de una supuesta “liberación económica” en el país suramericano. Desde hace aproximadamente un año, tras verse con el “agua al cuello” por las sanciones internacionales; el chavismo se vio obligado a ceder y permitir que los venezolanos comercialicen con dólares.
Ya es habitual que en el país se cobren en divisa estadounidense las consultas médicas privadas, los seguros, los servicios turísticos, los electrodomésticos, los inmuebles, las cuentas de restaurante, la educación privada, e incluso actividades comerciales como las compras en el mercado y el transporte.
Es el régimen socialista de Hugo Chávez y Nicolás Maduro el que destruyó la economía del país y el que le hizo la guerra al dólar y a la comercialización del mismo. Crearon Cadivi, el Dicom, criptomonedas como el petro, leyes penales contra el acceso libre a las divisas, hablaron de acceder a monedas extranjeras como el yuan, todo para disfrazar la devaluación y la fortaleza del dólar.
Un estudio realizado por la firma Ecoanalítica y publicado por la agencia de noticias Bloomberg reveló que más de la mitad de las transacciones minoristas se realizan en moneda estadounidense en un país donde los salarios están establecidos en bolívares y donde el sueldo no supera los cinco dólares mensuales. Que exista una especie de apertura para los empresarios podría estar ligado a acciones para facilitar el lavado de dinero por parte del Estado.
Andrea Rondón, profesora universitaria y miembro del comité académico de Cedice Libertad le dijo al PanAm Post que muchos de los dólares que hoy circulan en Venezuela están siendo inyectados por el Estado.
Hay que recordar que el narcotráfico uno de los mayores problemas que tiene es movilizar el dinero en efectivo y lo lava; pero cuando el que trafica es el Estado, las inyecciones son mucho más amplias porque no tiene los obstáculos naturales. Por eso es que también se presume que la mayor inyección de dólares viene de allí.
La especialista explicó que para el régimen de Maduro ya los dólares no provienen de la renta petrolera, sino de transacciones ilícitas, un dinero que llega en efectivo y se lava con “inversiones” en negocios legales. “No hay una mejoría en la economía porque continúan las mismas políticas con la única diferencia de que han tenido que flexibilizar los controles porque ellos mismos se han visto asfixiados. Las leyes y controles están vigentes, mientras sigan vigentes no se puede decir que hay mejoría”, sentenció.