Las aulas en Venezuela se quedan vacías. No por las vacaciones escolares, sino por la escasez de alumnos y profesores. Esto como consecuencia de la crisis causada por la dictadura chavista bajo la que se encuentra el país.
Las escuelas en el país suramericano empiezan a buscar alternativas para sustituir a los maestros, y para ello han convocado a las madres de los estudiantes para que impartan las diferentes clases. Las universidades y escuelas del país son el espejo real de la crisis; los profesionales de la educación están en “peligro de extinción”.
En las escuelas públicas venezolanas se cumplió apenas el 70 % del calendario previsto en el año escolar 2018-2019 como consecuencia de la crisis económica, el colapso de los servicios y la deserción de alumnos y maestros. #Venezuela https://t.co/xdvuP4Wmjz
— EFE Noticias (@EFEnoticias) July 17, 2019
Un reportaje del portal de noticias Infobae señala que el Movimiento de Educación Fe y Alegría, al menos en Caracas, tiene 40 mamás voluntarias en 26 escuelas, quienes han asumido el rol docente. Solo en estos colegios hacen falta 189 maestros.
De acuerdo con la Asociación Venezolana de Escuelas Católicas, desde septiembre del año pasado se contabilizan 7 000 renuncias, de las cuales el 80 % son de maestros. Un reportaje de Euronews también revela que el 20 % de los profesores han abandonado sus puestos.
En Venezuela, un maestro con la más alta categoría académica tiene un salario básico mensual de 102 000 bolívares (10 dólares), mientras que la canasta básica familiar supera los 20 dólares diarios.
Además de la escasez de maestros también hay una grave ausencia de estudiantes. Según la Encuesta de Condiciones de Vida de 2018 (Encovi), el 28 % de los escolares no asistieron a clases por falta de agua, 22 % por carencias de alimentos en el hogar y 13 % por esta misma razón en la escuela. Otras causas que también influyen en la deserción son la falta de medicamentos, el paupérrimo poder adquisitivo de los venezolanos y la falta de transporte.
Javier Tarazona, director de la ONG Fundación Redes, señaló que la deserción escolar afecta más a las ciudades en el interior del país que a Caracas, la capital. Denunció que en más de 1 500 escuelas del territorio nacional el abandono de las aulas fue del 58 %, mientras que en los estados fronterizos se eleva al 80 %.
Nueva ola migratoria empeora el panorama académico
Estas cifras solo tienden al alza, debido a que se espera que al finalizar este año escolar se inicie una nueva oleada de emigrantes, tanto de maestros como de estudiantes. Cifras de Unicef revelan que al menos 400 000 niños han dejado Venezuela por la crisis humanitaria.
“La gente estaba esperando a que los hijos terminaran el año escolar para tomar la decisión. La situación del país es realmente de tragedia humana, eso empuja a los venezolanos a irse y como los venezolanos son hoy más pobres no pueden irse de otra manera que a pie, autobús o en peñeros (pequeñas lanchas)”, expresó para el PanAm Post Tomás Páez, coordinador del Observatorio de la Diáspora Venezolana.
Según proyecciones del Grupo de Trabajo de la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, alrededor de 500 000 venezolanos huirán del país este trimestre y la cifra se duplicará, superando el millón de personas para finales de 2019.
Estudiantes como profesores
Mientras los colegios acuden a las madres para que le dicten clases a los menores, y en algunas ocasiones a los alumnos de cuarto y quinto año de secundaria, en las universidades se ven en la necesidad de contactar a estudiantes de los últimos semestres o recién graduados de las diferentes carreras para que den clases en las materias en las que se han destacado.
Olga Ramos, miembro de la Asamblea de Educación en Venezuela, le explicó al PanAm Post que en muchos casos las instituciones educativas han optado por acudir a padres, representantes y miembros de las comunidades para que impartan materias en las que tienen conocimiento.
“Eso en términos reales condena al sistema educativo a bajar la calidad, porque no están garantizando que la persona que está enseñando tiene conocimiento completo de la materia, y además no tienen pedagogía”, señaló.