Luego del alzamiento cívico-militar encabezado por el presidente Juan Guaidó, vemos un Nicolás Maduro temeroso, aislado y escondido en un búnker de cuatro paredes; ¿Cuánto más puede resistir?
Es evidente para Venezuela y el mundo que el usurpador no depende de sí mismo, sino de factores internos y externos que estarían dispuestos a negociar su caída a cambio de sus propios intereses. Depende también de que Estados Unidos decida actuar.
Ya el usurpador y chavista Ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, confesó que Estados Unidos negoció con él la salida de Maduro; dijo: “intentaron comprarme”.
El rostro de inseguridad de Maduro mientras Padrino habla es un “poema”: inseguro, ojeroso, y analizando su alrededor a la espera de no ser traicionado.
Padrino López confirma que ha hablado con Estados Unidos. Y no es la primera vez que lo hace. Poco le falta para decir que la oferta no llegó a sus aspiraciones pic.twitter.com/rvknwA68GE
— Ibéyise Pacheco (@ibepacheco) May 2, 2019
Y es que Maduro se convirtió en una especie de títere manejado por una Rusia que se asegurará de no perder todo lo que ha invertido en Venezuela, antes de negociar la salida del dictador; también por un régimen cubano que se encuentra entre la espada y la pared bajo amenazas de Estados Unidos; y por un Diosdado Cabello que no está dispuesto a entregarse luego de ser uno de los hombres más investigado por la justicia internacional.
Al mundo, pero sobre todo la región, no le conviene que Nicolás Maduro se mantenga en el poder porque Venezuela se convirtió en el búnker de la criminalidad. En ese territorio se resguardan narcotraficantes, terroristas y guerrillas; todo, bajo la mirada complaciente o las órdenes del régimen.
Ya Maduro no depende de sí mismo, de hecho, según la información oficial de Estados Unidos, estaba listo para huir a Cuba el mismo martes 30 de abril; sin embargo, Rusia le habría ordenado quedarse.
Analistas internacionales aseguran que Rusia sigue respaldando a Maduro, no solo para aumentar su presencia en América Latina e incomodar a Estados Unidos, sino también porque Venezuela le ha otorgado millonarias concesiones en materia financiera.
La petrolera rusa Rosneft ha canalizado más de 17 000 millones de dólares en préstamos al régimen chavista durante la última década. Lo anterior mientras que la empresa europea ganó tres millones de toneladas de petróleo en 2017 de sus operaciones en Venezuela. En general, Rusia ha invertido en muchas industrias venezolanas, desde banca hasta ensamblaje de autobuses. Al mismo tiempo, Venezuela ha sido uno de los mayores compradores de armas rusas entre los países latinoamericanos.
Es por esto que Rusia no permitirá que Maduro abandone su cargo hasta no negociar con el encargado de la transición o con Estados Unidos. Vladimir Putin necesita asegurar el dinero.
Pero con el paso de los días hay mayor evidencia de que quienes están alrededor de Maduro están dispuestos a sacrificarlo a él y a Diosdado Cabello, posiblemente a cambio de una especie de inmunidad o, en su defecto, de que se levanten las sanciones internacionales en su contra.
¿Cuánto más podrá resistir Maduro en el poder si quienes están a su alrededor están dispuestos a entregarlo?
Todo parece indicar que aunque Rusia haya impedido la salida de Maduro, o los militares alrededor de él se hayan retractado de entregarlo, el destino de Venezuela podría estar en manos de Estados Unidos que está dispuesto del modo que sea a acabar con la dictadura.
“Podríamos ayudarlos un poco o quizás mucho”, aseveró Donald Trump en relación con el papel de Estados Unidos en la lucha por la democracia en Venezuela.
El gobierno estadounidense ha dejado claro que el país suramericano está entre sus prioridades en la agenda y está ejerciendo presión para lograr la caída de la dictadura. Para Donald Trump hay grandes posibilidades de que se dé una intervención militar en Venezuela.
El mundo fue testigo de que no se concrete un alzamiento militar, sobre todo luego de lo sucedido este martes 30 de abril. La única certeza que hay es que los venezolanos no pueden salir solos del régimen y que necesitarán de la ayuda internacional para poder lograrlo.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo en una entrevista, que su país está preparado para adoptar acciones militares para aplacar la crisis que atraviesa Venezuela.
«El presidente (Donald Trump) ha sido claro como el cristal e increíblemente consistente. Una acción militar es posible. De ser necesario, eso es lo que Estados Unidos hará», dijo Pompeo.
«Preferiríamos una transición pacífica del poder, con la salida de Maduro y la celebración de nuevas elecciones, pero el presidente (Trump) dejó en claro que en algún momento habrá que saber tomar la decisión», indicó el jefe de la diplomacia estadounidense. «Él está listo para hacer lo correcto», afirmó, en alusión a Trump.
Las acciones indican que Nicolás Maduro cada día está más frágil, con una Fuerza Armada acéfala y resquebrajada, una población civil que ya no lo respalda, unos gobiernos dispuestos a negociar y otros dispuestos a intervenir. ¿Cuánto más podrá resistir el régimen? La comunidad internacional, ahora tiene la palabra.