Rusia y China, países aliados de la dictadura en Venezuela, decidieron dar un paso al costado y no hacerse cargo de las refinerías venezolanas del cetro de Paraguaná, tal y como se lo había ofrecido el régimen de Maduro.
Ambas naciones se dieron cuenta que la industria petrolera en Venezuela se encuentra prácticamente abandonada y que para levantarla habría que asumir inversiones millonarias.
Rosneft (Rusia) iba a manejar la refinería de Amuay con una capacidad de 650.000 barriles diarios, y Petrochina manejaría Cardón, cuya capacidad es de 310.000 barriles por día.
“Ese acuerdo no prosperó porque esas refinerías están en un estado deplorable y se dieron cuenta de que las inversiones que tenían que hacer son sumamente elevadas”, dijo el directivo de la Federación Única de Trabajadores Petroleros de Venezuela, Iván Freites.
Ante esta situación, Venezuela, uno de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo, planea cerrar tres de sus más grandes refinerías por escasez de crudo y falta de personal. Una situación que deja en el abismo los principales ingresos del país suramericano.
Un embargo petrolero sobre Venezuela no es el mayor temor que debe tener Nicolás Maduro, pues la mayor amenaza para la industria petrolera y PDVSA ha sido el régimen socialista que prácticamente lo ha destruido todo.
Un informe de Platt’s Oilgram, única entidad que suministra información sobre futuros y opciones del mercado petrolero mundial, reveló que el régimen de Maduro planea cerrar las refinerías ubicadas en Cardón, El Palito, y Puerto La Cruz. Esto debido a que no cuentan con suficiente crudo para procesar los combustibles.
Cardón, que en los años noventa formó parte del complejo petrolero más grande del mundo, y que fue la refinería con mayor avance tecnológico del mundo, hoy está a punto de cerrar sus puertas en manos del socialismo del siglo XXI.
José Toro Hardy, economista y miembro del directorio de PDVSA hasta 1999, le dijo al PanAm Post que el empobrecimiento de Venezuela se debe al mal manejo de la estatal petrolera venezolana y responsabilizó a los regímenes de Hugo Chávez y Nicolás Maduro de la situación.
“Los problemas empezaron en 2002 y 2003 cuando el presidente Chávez despidió a 20.000 trabajadores de PDVSA. Aquellos señores tenían en promedio 15 años trabajando para la industria, de manera que lanzaron al cesto de la basura 300.000 años de experiencia y conocimiento”, señaló Toro.
El especialista explicó que esta petrolera venezolana pasó de ser la segunda o tercera mayor empresa petrolera del mundo a convertirse en el mayor “desastre administrativo”.
“No se han hecho los planes de inversión y mantenimiento requeridos. Se han desviado los recursos de la empresa para cumplir prioridades políticas del Gobierno. Se perdió la misión de aquélla empresa petrolera que exploraba, producía, refinaba y comercializaba. Ahora es un partido político que se dedica a importar alimentos, a construir edificios de la Misión Vivienda, a resolver problemas de salud de la Misión Salud y a otras cosas que nada tienen que ver con su función”, afirmó el exdirectivo de PDVSA.
Toro Hardy explicó que pareciera que “no alcanza el petróleo en Venezuela”: “Según la OPEP estamos produciendo 1.600.000 barriles por día y se le está dando prioridad al pago de las deudas con China de 20.000 millones de dólares con envío de petróleo, con Rusia y con Cuba”, señaló.
PDVSA = la ruina del país
De los envíos petroleros que hace Venezuela a países como Rusia, China o Cuba, el país no percibe ni un dólar. A esto se suma que la venta de gasolina en el país es subsidiada y se hace a pérdidas.
El Tanquero Nororinet q navegaba de Argelia a Venezuela con miles de barriles d petróleo fue desviado hacia Cuba para cumplir los compromisos de Maduro, reporta Russ Dallen. Mientras Venezuela se desangra, Raúl Castro cobra los servicios d inteligencia a precio d oro (negro).
— Carlos A. Montaner (@CarlosAMontaner) March 26, 2018
PDVSA tiene deudas gigantescas y ha caído en default. En este momento especialistas desconocen si la mayor empresa del país sería rescatable. Así lo afirmó Hardy:
Las empresas del Estado no quiebran, quien está en ruinas es Venezuela. PDVSA que pasó a ser la empresa que más aportaba en el crecimiento de la economía venezolana, hoy es la responsable del empobrecimiento del país.
“El déficit de flujo de caja de PDVSA es gigantesco. Para que la empresa pueda mantener sus puertas abiertas, el Banco Central emite enormes cantidades de dinero sin respaldo. Ese dinero que PDVSA recibe se incorpora a la masa monetaria, crece de manera fenomenal y eso se traduce en demanda de bienes. Pero como en el país no hay bienes y estamos en una escasez gravísima, la consecuencia es que aumenten los precios, eso nos ha llevado a tener la inflación más alta del mundo y a estar ya sumidos en un proceso de hiperinflación sin precedentes en la historia del hemisferio occidental”, explicó el economista.
“La causa fundamental del empobrecimiento es la inflación y la causa de que haya inflación en Venezuela es PDVSA”, sentenció.
PIB en caída libre
El economista y experto en materia petrolera señaló que la principal consecuencia del cierre de las refinerías es la caída del PIB.
“El FMI estimaba que en 2018 el PIB caería en un 15 %, y ahora con este cierre la caída será mucho mayor. De hecho, de cumplirse esa caída eso implicaría que en los próximos años el tamaño de la economía venezolana se reducirá en un 55 %, eso no ocurre ni siquiera en países en guerra”, explicó.