Imaginen un país donde la salud pública está en decadencia, donde la escasez de medicamentos supera el 90 %, las camas hospitalarias son insuficientes, el acceso a las vacunas es casi un imposible, y al menos hay seis potenciales epidemias que generan alarma. Se trata de Venezuela, la nación en la que resurgieron la malaria, la difteria, la tuberculosis, el sarampión, el VIH y la escabiosis.
Un reportaje del Diario Las Américas reúne cada una de las epidemias que generan preocupación en la población y en la comunidad médica, lacual no tiene cómo responder ante una crisis de tal naturaleza.
Los médicos están atados de manos porque el ingreso de medicamentos al país solo está en manos del régimen, la producción de las pocas farmacéuticas que están en el país está en caída libre y las vacunas no se consiguen. Mientras esto sucede, la salud de la población está en riesgo y el Gobierno de Nicolás Maduro no admite una crisis humanitaria.
Se habla de epidemia cuando una enfermedad afecta a un número de individuos superior al esperado en una población durante un tiempo determinado. Actualmente, hay seis enfermedades que afectan en distintas zonas del país a más de un millón de personas.
Mientras la dictadura venezolana mantiene oculta la información epidemiológica, la situación en Venezuela empeora sin existir cifras oficiales.
El paludismo fue erradicado en Venezuela desde 1961, pero con la llegada del socialismo del siglo XXI, este país hoy sufre una epidemia que podría cerrar el año con más de 951.000 infectados.
Hace 25 años El Paludismo y La Difteria eran historia en lo libros de medicina, hoy son Epidemia en Venezuela #SOS pic.twitter.com/RtjANQZyTh
— GéGé (@GegeRpz) November 6, 2017
De acuerdo con Diario las Américas:
“Actualmente la enfermedad está presente en 14 de los 23 estados del país: Bolívar, al sureste es el territorio más expuesto con 206.240 casos hasta octubre, un incremento de 240% frente al mismo periodo en 2016. En esta región se ubica el Arco Minero donde la tala de los árboles para la extracción de oro ha generado el escenario perfecto para la propagación del parásito unicelular llamado Plasmodium”.
Pero el norte de Venezuela, en el estado Anzoátegui, también es una zona de epidemia. “Tenemos una epidemia de paludismo producto de la migración de personas, que en la búsqueda de recursos rápidos, por la situación del país, se van al estado Bolívar y ese es un foco infeccioso en el país. Aún no existen casos autóctonos”, dijo Eduardo Martínez, autoridad única de salud en la entidad.
Otra alerta epidemiológica que enfrentan los venezolanos se da tras el contagio de la difteria. La enfermedad había desaparecido en 1993, pero, con la llegada del socialismo del siglo XXI, en 2016 se conocieron los primeros casos.
Extraoficialmente se conoce que este año se han presentado 447 casos sospechosos de difteria, de los que posteriormente se confirmaron 51 y al menos siete muertes.
Tras el fallecimiento de cinco venezolanos en el estado Carabobo por el virus de difteria, el gobernador chavista dellugar, Rafael Lacava, prometió la instalación de centros improvisados de vacunación. Sin embargo, el primer día más de 800 personas en un solo punto hicieron largas filas, pero la gobernación solo envió 150 vacunas.
La difteria es una enfermedad infecciosa aguda, provocada por un bacilo, que afecta a la nariz, la garganta, la laringe, produce fiebre y dificultad para respirar; es sumamente contagiosa. Aquellos que tienen los síntomas deben permanecer hospitalizados, recibiendo antibióticos o antitoxina, medicamento que bloquea el efecto de las bacterias y que solo se usa en pacientes graves. No obstante, en el país suramericano el acceso a los medicamentos necesarios es prácticamente nulo.
Luego de haber sido erradicada, esta enfermedad está presente en 17 entidades del país y, de acuerdo con Diario Las Américas , repite en las mismas regiones que la malaria. Así lo denunció el exministro de Salud José Oletta.
“La difteria solo ocurre en países de extrema pobreza como Haití, donde las enfermedades infecto contagiosas que son prevenibles a través de una vacuna no se controlan. Lo mismo está sucediendo con la malaria. Estamos teniendo el mismo comportamiento de los países pobres, porque no hay una política de atención hacia el ciudadano”.
Otra enfermedad contagiosa, y que resurgió en Venezuela, es la tuberculosis. Según el Observatorio Venezolano de la Salud (OVS), las condiciones sanitarias y el hacinamiento han agravado la situación.
Jorge Díaz Polanco, investigador, especialista en desarrollo, planificación y políticas de salud e integrante del OVS explicó que en los últimos cinco años el aumento de la enfermedad ha tenido que ver con el deterioro intenso y rápido de la calidad de vida de los venezolanos.
La tuberculosis es una enfermedad producida por una bacteria que se propaga a través del aire y de una persona a otra, básicamente con el contacto de la saliva de la persona infectada. Si no se trata adecuadamente puede ser mortal.
La escabiosis es otra enfermedad que gana terreno en Venezuela. Se trata de una dolencia cutánea producida por el ácaro Sarcoptes scabiei, asociada con la ausencia de agua y la mala higiene corporal. Hoy está presente en al menos seis estados del país. Expertos estiman que el 20 % de la población de dichas entidades estarían padeciendo la enfermedad.
Otro brote mantiene en alerta a los médicos en Venezuela, pues un paciente infectado con sarampión puede contagiar de 12 a 18 personas. Tras 15 años en los que no se registró ni un solo afectado, entre el 22 de agosto y el 11 de septiembre ocho casos fueron confirmados en el estado Bolívar, al sureste del país.
El retorno del sarampión preocupa altamente, ya que se trata de una enfermedad infecciosa. La doctora especialista en salud pública, Adelfa Betancourt, cuenta a Efecto Cocuyo: “Esto no es un brote de zika. El sarampión puede traer complicaciones como la neumonía, la encefalitis y la otitis”.
Por último, pero no menos importante, está el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que es una enfermedad silente y que amenaza la vida de cientos de miles de personas diagnosticadas. Cifras de la organización no gubernamental Stop VIH advierten que en el país existen unas 300.000 personas diagnosticadas, pero solo 21.000 (7 %) utilizan antirretrovirales para disminuir la carga viral de la infección.
Dentro de la comunidad indígena de los waraos, en el Delta del Orinoco, existe una epidemia de VIH “sin control”, donde al menos el 30 % de los hombres estaría contagiados sin recibir ningún tipo de tratamiento.
Y es que Venezuela ha retrocedido al menos 50 años en materia de salud pública mientras la crítica situación del sector salud en Venezuela sale a flote.
La “Encuesta Nacional de Hospitales 2017” revela que solo 51 % de los quirófanos de hospitales públicos del país se encuentran operativos.
La Federación Médica Venezolana (FMV) ha denunciado que están trabajando a penas con un 4 o 5 % de materiales y medicamentos por fallas en el abastecimiento, y ha dicho que el Gobierno mantiene los centros asistenciales gratuitos en estado de “abandono”.