No es una novedad que la mayoría de los precios en Argentina son elevados. Los bienes producidos en el país cuentan con impuestos imposibles (que afectan a los salarios, las maquinarias, los repuestos, las cargas a la venta y en toda la cadena productiva) y los importados se han convertido en lujos (en el caso de poder llegar a conseguirlos).
El desastre intervencionista del kirchnerismo lamentablemente sigue vigente en el país, ya que el nuevo Gobierno no ha generado una reforma concreta y superadora de este modelo fracasado y corrupto.
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En la jornada de hoy, el diario El Cronista, especializado en asuntos económicos y comerciales, hizo una investigación comparando lo que sale adquirir el nuevo iPhone X en Argentina y lo comparó con el costo total de un viaje a Miami, Estados Unidos, para adquirirlo allá.
No fue sorpresa el resultado: las minivacaciones resultaron más amables al bolsillo nacional que adquirilo dentro de las fronteras argentinas.
Los precios a comparar son: USD $1.000 dólares en Estados Unidos y 48.000 pesos argentinos en el mercado local, es decir, USD $2700. Más del doble. Casi el triple. La investigación de El Cronista es inapelable.
El pasaje a Miami tiene un costo estimado de USD $850. Los costos de traslados desde y hasta el hotel, incluyendo una noche suman 250 dólares. Si pagamos los impuestos en la aduana (USD $700), la experiencia total arroja una suma de 45.600 pesos. Todavía nos sobran más de $2.000 pesos para usar el teléfono un par de meses, con internet y todo.
Argentina necesita dar una vuelta a la página en relación con esta historia fracasada de prebendas y beneficios para unos pocos. Mientras se mantiene la mentira de que cerrar las importaciones favorece a la industria local, lo único que se genera es un país empobrecido por una transferencia de recursos coercitiva hacia un grupo de empresarios amigos del poder.
Fuente: Cronista.