El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva ha posicionado una narrativa en torno al Amazonas que se resume en la protección de estos territorios de la destrucción realizada por la tala y los garimpeiros, así como de los pueblos indígenas de la agresión del hombre blanco. Si queremos rastrear el devenir histórico de esta narrativa podemos llegar hasta el documento doctrinario denominado Directriz Brasil número 4, año 0 emitido por el Consejo Mundial de Iglesias Cristianas, en Ginebra en 1981.
En términos generales, esta doctrina se basa en el aislamiento de estos territorios de la civilización y del alcance de los gobiernos de los países donde se encuentra el territorio amazónico. Promueve una relación de tipo marxista víctima-opresor entre los indígenas y los demás habitantes de estos lugares para determinar las bases de toda una reforma institucional que garantice privilegios a pequeños grupos por encima del resto. Asimismo, se propone la creación de las naciones amazónicas, lo que a todas luces representa la promoción de una agenda separatista que responde a intereses extranjeros alineados a los propósitos de ONGs que durante años se han establecido en la Amazonia.
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En este sentido, el Foro de Brasil ha realizado este 26 de agosto en la ciudad de Boa Vista, el lanzamiento de la Declaración de Roraima, en la que mediante argumentos basados en la realidad y el sentido común, han deconstruido esta narrativa desde su origen para hacer un llamado a la lucha contra estas pautas.
La organización liderada por el padre Kelmon ha reunido a organizaciones indígenas, políticas, del agronegocio y de garimpeiros para que de forma organizada se promueva un debate sobre las consecuencias de la pauta izquierdista en estos territorios amazónicos y como ella se ha materializado en políticas que solo han traído pobreza y atraso para todos por igual.
En esencia, se conciben a todos los habitantes de los territorios amazónicos como iguales ante la ley, pero sobre todo como seres humanos que tienen dignidad y sueños que quieren hacer realidad. Se plantea que los pueblos aislados por las pautas de la izquierda sean incorporados a la civilización, mediante la construcción de vías de comunicación, servicios públicos básicos, que tengan acceso a la salud y a la educación, a la adquisición de vehículos y combustible, al internet, al derecho de encontrar un empleo y vivir de eso, así como también de crear riqueza producto de su talento y esfuerzo. Al mismo tiempo, se hace énfasis en el valor cultural de los pueblos indígenas como parte del conjunto humano, por lo que es cruel mantenerlos aislados del resto de la sociedad.
Por su parte, se establece un frente de lucha por el garimpo legal. Las actividades de los garimpeiros generan un impacto positivo en la economía del estado de Roraima, por lo que la persecución por el gobierno de Lula ha sido altamente rechazada por los habitantes de esta región. La actividad del garimpo es tan bien vista, que en el corazón de la ciudad de Boa Vista existe el monumento al garimpeiro. Vale destacar que los gobiernos de izquierda han privilegiado a la actividad minera de grandes empresas extranjeras, lo que eleva aún más el nivel de rechazo de la población, por lo que históricamente en Roraima el PT ha tenido una presencia electoral muy débil.
En la Declaración de Roraima, también se propone iniciar un debate en torno a la reforma del Fondo Amazonia, el Consejo Amazónico e IBAMA las cuales son instituciones que han sido creadas por el Estado para perseguir, controlar y tomar el control de lo que ocurre en estos territorios por encima de los gobiernos municipales y regionales. Recordemos que en Brasil son nueve los estados federales que conforman el territorio del Amazonas Legal: Acre, Amapá, Amazonas, Mato Grosso, Pará, Rondônia, Tocantins y una parte del estado de Maranhão. En este sentido, proponen la creación del Estatuto de la Amazonia.
Finalmente, existe un consenso en torno al papel del agronegocio en el debate sobre la Amazonia. No solo es vital que los indígenas hagan parte del agronegocio, sino que los productores pueden tener un papel importante en los procesos de inversión y dotación de capacidades para el emprendimiento, la innovación y el desarrollo en estos territorios.
El papel de la izquierda ha sido la de la promoción del terrorismo, la destrucción de familias, el sufrimiento de niños que no tienen acceso a una nutrición ni a un sistema de salud de calidad, y al atraso. Las ONGs extranjeras han servido para llenar de privilegios a pequeños grupos de indígenas que son protegidos por los gobiernos de izquierda, a costa del sacrificio y la pobreza de las grandes mayorías indígenas.
La derecha se propone la unión de los indígenas, de los productores agrícolas, de los garimpeiros y de todos los que quieren el crecimiento y el bienestar de estos territorios. ¿Será que el gobierno de Lula comenzará a encarcelarlos para evitar que se organicen o aceptarán el desafío del debate franco y público sobre el Amazonas?