En 2005 el presidente de Brasil era el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. En ese año, el entonces diputado federal, Roberto Jefferson (PTB), denunció el mayor escandalo de corrupción política de Hispanoamérica: el mensalão (mensualidad, en español). En esta trama, el Partido de los Trabajadores (PT) pagaba una mensualidad a diputados de otras organizaciones políticas para favorecer los proyectos del Ejecutivo. Entre los sentenciados a prisión por estos hechos se encuentran el líder del PT José Dirceu, con una condena de 7 años, y el empresario publicista Marcos Valério, con una condena de 37 años.
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A comienzos del mes de julio de 2022, la revista Veja publicó en exclusiva una confesión de Marcos Valério en la que afirma haber estado a cargo de fondos clandestinos del PT por 100 millones de reales (18,8 millones de dólares). Además indicó que en 2005 el PT lo buscó para pedirle 6 millones de reales (1,1 millones de dólares) de ese dinero y así pagarle a otro empresario que estaba chantajeando a Lula con exponer las conexiones del PT y el Primeiro Comando da Capital (PCC), la mayor organización criminal de Brasil, la cual tiene miles de miembros y millones de reales que consiguen de forma ilícita.
Este escandalo que trae de nuevo a la luz las conexiones del PT con el crimen organizado, ha torpedeado la campaña de Lula da Silva a la Presidencia. Los medios de comunicación tradicionales, favorables a su candidatura, han optado por esconder la información, mientras que este tema es viral en la opinión pública. ¿Será que este escándalo impactará la imagen del expresidiario en las encuestas? ¿Veremos a Lula da Silva en eventos públicos nuevamente?