El castrochavismo, el socialismo del siglo XXI, al inicio se nutría del petróleo venezolano, pero eso lo han logrado destrozar, y ahora se nutre del narcotráfico. Y ahí están incluidos los cárteles de la droga, porque el Foro de Sao Paulo, siendo como es una multinacional, garantiza que los gobiernos hagan pactos con el crimen organizado, en una alianza que genera muchísimos recursos. “La izquierda en general se nutre del narcotráfico”.
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“No hay régimen comunista que haya llevado algo de bienestar, ni de libertad ni de prosperidad o de seguridad. Todos ellos han llevado terror, crimen, muerte, y pobreza”, dice el eurodiputado por Vox, Hermann Tertsch, en entrevista con PanAm Post, para referirse a la nueva etapa política que se inicia en Colombia con la llega de Gustavo Petro al poder. Eso mismo que Andrés Manuel López Obrador, el presidente socialista de México, calificó, en contraparte, como “triunfo histórico”.
Petro está arropado por una colosal multinacional, que es el Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla y la Internacional Progresista. Ahí hay grupos guerrilleros, grupos de narcotraficantes, estados, gobiernos, compañías y todo tipo de organizaciones. Tiene unas sinergias y conexiones tremendas y mucha gente trabajando para que ganara Petro, y para que Colombia cayera en manos del Foro de Sao Paulo, como ha caído Chile. La agenda de este grupo se ha ido cumpliendo casi al pie de la letra, y su siguiente paso será que Luiz Inácio Lula da Silva –quien recibió dos condenas por corrupción pero le fueron anuladas por jueces designados por su partido– llegue al poder en Brasil.
Todo esto comenta Hermann Tertsch, el europarlamentario de Vox que mantiene más contacto con temas de Hispanoamérica, el más consciente del entorno envenenado por el socialismo blando, y por las dictaduras de izquierda que asfixian los derechos humanos en cada vez más países de América.
Hoy este legislador español, que ha sido también de gran carrera periodística, está de visita en Colombia, a título personal, observando de primera mano lo que ocurre en el país sudamericano. Sobre la posibilidad de que haya ocurrido algún fraude, Tertsch dice que “mientras no se prueben esos fraudes reales o supuestos, Petro es el presidente electo de Colombia. Y eso es así, es una realidad incontrovertible”. Lo cierto es que la figura del exguerrillero del M-19 en la Casa de Nariño ya tiene un significado profundamente negativo, tanto en lo político como en lo económico.
Colombia tiene al lado un país hermano que ha sufrido mil veces más que ellos, que vive una situación trágica, con 7 millones de venezolanos dispersos por el mundo, en especial por América y entre 2 a 3 millones en Colombia, por lo que los colombianos tienen testigos de lo que es el régimen que quiere imponer Petro en Colombia.
Sobre Francia Márquez, Hermann Tertsch opina que es más de lo mismo, y sus propuestas son instrumentos para recortar libertades. El feminismo, el wokismo, la ideología de género, la memoria histórica, el animalismo, el ecologismo radical, el llamamiento a salvar al planeta, argumento útil para pisotear cualquier ley, porque antes que los individuos está el bien superior.