No se trata de una afirmación sin sustento con intenciones despectivas. Es una realidad comprobable. La credibilidad del presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric, agoniza. Pocos creen en su discurso sobre el efecto inflacionario de los retiros previsionales cuando interrumpió su campaña para votar en el Congreso a favor de ellos, y otros dudan del trabajo de la Constituyente que Boric respalda, entre ellos su madre, María Soledad Font.
Ni su progenitora confía en el proceso que Boric defiende. En una extensa entrevista con la revista Ya, admitió su desilusión con el trabajo de la plenaria.
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“Me di cuenta inicialmente de que toda la gente estaba preparada, que toda la gente que estaba ahí sabía el tema, pero después me di cuenta de que no, y eso hizo que me alejara, que me asustara al darme cuenta de que contrataban a asesores porque no sabían de qué iban a tratar”, señaló la madre de Boric.
La falta de dominio de los asuntos legales por parte de los convencionales la abruman. No lo oculta. “Me preocupé cuando me di cuenta de que no todos eran eruditos. Hay mucha gente buena que quiere hacer cosas buenas, ¡pero para hacer eso hay que saber!”.
Para ella, las presuntas irregularidades en el financiamiento de asesores detonaron su hartazgo. “Cuando empecé a ver que faltaba plata, yo decía ¡pero cómo!, porque pensé que las personas que estaban integrando esto eran personas con conocimiento y tenían todos los talentos para poder realizar esta cosa tan importante, por la cual, al menos yo vi, que Gabriel se inmoló para que esto resultase, pero no todas tenían los requisitos”.
Rechazo entre los electores
La madre de Boric vocifera lo que la izquierda intenta ocultar y lo que su hijo pretende encubrir con la contratación de tres agencias publicitarias por medio millón de dólares para revertir el rechazo en las encuestas al proyecto de nueva Carta Magna que elabora la Convención Constitucional.
De esa forma, el mandatario busca evitar un fracaso en el plebiscito de salida del próximo de 4 de septiembre. Pero quizá el esfuerzo sea en vano. Su mamá parece convencida del fiasco que ha resultado ser el hemiciclo. Sin muchos matices expresó su desilusión con el proyecto por el que Boric “se inmoló” –según palabras de su madre– y al que él sigue apostando con la inyección de un enorme presupuesto en propaganda para intentar salvarlo. Pero la desaprobación en la calle sube como la espuma.
Ya Boric la padece. Su oposición al quinto retiro de los fondos previsionales –cuando aprobó los cuatro anteriores siendo diputado, fustigando al expresidente Sebastián Piñera por estar en contra– tiene hostiles a sus seguidores, quienes lo tildan de ser “amarillo”, término chileno para calificar a izquierdistas moderados o ambivalentes. A la última persona que se lo gritó en su cara le pidió retirarse y el episodio está en redes sociales como evidencia de su prematura intolerancia.
El Presidente de Chile diciéndole “SALGA DE ACÁ” a una mujer que está en un espacio público: pic.twitter.com/d9yBFXiRJ6
— Tere Marinovic Vial (@tere_marinovic) April 13, 2022
Una desobediencia pública
Además, Gabriel Boric enfrenta la desobediencia de sus aliados. El alcalde de Recoleta y líder del Partido Comunista, Daniel Jadue, viajó a Caracas para participar en la “Cumbre Internacional contra el Fascismo”, organizada por el régimen de Nicolás Maduro para conmemorar el vigésimo aniversario de los sucesos de abril de 2002 que provocaron la salida del poder de Hugo Chávez y su retorno en menos de 48 horas.
En suelo venezolano, dirigiéndose a Maduro, Jadue declaró “orgullo” y “mucha alegría de ver la resistencia” del chavismo y alabó a las Fuerzas Armadas de Venezuela porque –según él– “son incapaces de asesinar a su pueblo”.
🛑 AHORA 👇🏻Daniel Jadue en Venezuela saluda a las Fuerzas Militares Bolivarianas y condena las violaciones a los DDHH en Chile @danieljadue pic.twitter.com/GAGVdAwKOt
— Paola Dragnic (@PaoladrateleSUR) April 13, 2022
Jadue no fue solo. Lo acompañó el senador Alejandro Navarro y el exmilitante socialista y actual dirigente del Movimiento Socialista Allendista, Esteban Silva.
“Algunos hablan de Venezuela sin nunca venir a Venezuela. Yo prefiero venir a ver y quiero decir que estoy, la verdad, muy bien impresionado. Yo creo que aquí (en Venezuela) las cosas funcionan distinto a lo que dicen los medios (de comunicación)”, aseguró Jadue, quien entró al país con invitación oficial y escoltado por el régimen.
¿Se refería a Boric? Es probable, considerando que el presidente chileno le refutó a Maduro la violación de derechos humanos en Venezuela y negó cualquier cercanía con Miraflores. Hay rivalidad con Jadue. Se nota. Y estas turbulencias en el despegue de la administración de Boric –que ya reconoció– pronostican un vuelo complejo, donde serán claves las maniobras del piloto para evitar un aterrizaje trágico. El clima está en contra. En la cabina lo saben.
La prensa no olvida que aunque el piloto de esta nave anuncie que tomará otro rumbo, en el pasado sobrevolaba a muy baja altura en territorio chavista cuando, por ejemplo, en 2013 gritaba: “¡Fuerza Maduro carajo!”. Y además de Jadue, entre sus pasajeros a bordo tiene a Camila Vallejo, quien se desempeña como ministra de la Secretaría General de Gobierno, y como evidencia de su simpatía por el régimen asistió al velorio de Hugo Chávez, calificándolo como “un prócer”; así como a Doris González, quien fue vocera de campaña de Boric, y también viajaba a Caracas a participar en eventos con Nicolás Maduro, adulando el “poder comunal” del régimen chavista”.