Presidentes latinoamericanos se pronunciaron este sábado en las plenarias de la VII Cumbre de las Américas en contra de la orden ejecutiva emitida por el presidente estadounidense Barack Obama, que sanciona a siete funcionarios venezolanos y declara a este país una amenaza extraordinaria e inusual para el país norteamericano.
El mandatario boliviano, Evo Morales, pidió que Estados Unidos cese este tipo de medidas, que calificó de intervencionistas. “Desde Estados Unidos se nos mira con desprecio, y se nos trata como súbditos irreductibles”, indicó Morales en su discurso antiimperialista.
Morales aseguró que 33 de las 35 naciones presentes en la Cumbre apoyan al Gobierno de Venezuela en este sentido.
La presidenta argentina Cristina Kirchner confesó que cuando se enteró de la noticia sobre la orden ejecutiva, pensó que se trataba de un error, y que le dio risa.
La brasileña Dilma Rousseff rechazó las sanciones de Obama “contra venezolanos”, y consideró que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) facilitaba un puente para que el diálogo entre Venezuela y Estados Unidos llegara a buen puerto.
El presidente ecuatoriano Rafael Correa sostuvo que las sanciones violan el principio de no injerencia en los asuntos internos de los países contenidos en la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, dijo que las medidas tenían consecuencias negativas en el clima de paz que han venido promoviendo los mandatarios en el hemisferio. “Ninguna medida unilateral de un Estado contra otro ha dado muestras de resolver problemas, muy por el contrario, los ha agudizado. Por esa premisa, (…) consideramos que la medida debería dejarse sin efecto, invocamos al diálogo como herramientas de paz”, dijo en su intervención.
El dictador cubano Raúl Castro dijo que la medida estadounidense era un ataque contra Venezuela, y añadió que Cuba sabía la situación por la que pasa Venezuela, porque ha estado en ese lugar.
Por su parte, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo al respecto, “los yanquis no cambian”. “Un gesto con Cuba, un golpe contra Venezuela”, expresó.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, dijo que rechazaba el decreto ejecutivo, que cree en el principio de no intervención en asuntos internos de otros países, y pidió que los Estados se abstengan de aplicar medidas coercitivas internacionales que contravengan el derecho internacional.
A diferencia de los otros gobernantes, Vázquez llamó al pueblo venezolano a dialogar entre ellos en un marco de respeto recíproco, y pidió al país un acatamiento unánime del marco jurídico venezolano y los Derechos Humanos.
El presidente venezolano Nicolás Maduro dijo en su intervención en la Cumbre que trajo a Panamá más de 11 millones de firmas para solicitarle a Barack Obama que derogue la orden ejecutiva. Aseguró que ha intentado comunicarse con su homólogo estadounidense sin recibir ningún tipo de respuesta, y añadió que no confía en Obama, pero que está dispuesto a dialogar con él.
Estados Unidos negó posibilidad de derogar el decreto
La subsecretaria estadounidense de Estado, Roberta Jacobson, dijo que la administración de su país reconoció que la orden ejecutiva firmada por Barack Obama “no está bien vista” en la región, pero que continuará en vigencia, según declaró en una entrevista concedida a CNN en Español.
“El lenguaje de la orden ejecutiva no se va a cambiar porque estaba basada en una ley que tiene ese lenguaje, y lo usamos siempre con la implementación de esas sanciones. Ese es el lenguaje normal”, explicó Jacobson.
La funcionaria expresó el viernes pasado estar “decepcionada” por el amplio rechazo en América Latina a las sanciones, y reconoció que el tema evoca roces históricos con la región.
“Estuve un poco decepcionada que no hubo más (países) que defendieran el hecho de que (las sanciones) claramente no buscaban perjudicar al pueblo venezolano ni a todo el Gobierno y no explicaran, como nosotros les explicamos previamente, que el objetivo era muy, muy, limitado”, dijo Jacobson.