Este jueves 18 de agosto, el gobierno de Estados Unidos (EE.UU.) anunció que dejará de utilizar cárceles privadas debido a que supuestamente son menos efectivas y seguras que las instalaciones públicas.
“[Las cárceles privadas] No escatiman en costos como debería ser, y no mantienen el mismo nivel de seguridad”, dijo la fiscal general adjunta, Sally Yates.
Asimismo, Yates instó a sus subordinados a no renovar los contratos actuales, e incluso a reducir el alcance de estos contratos. De tal manera, el objetivo es, según señala la fiscal adjunta “reducir y finalmente terminar con nuestro uso de prisiones operadas de forma privada”.
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La medida, según señalaron las autoridades, se aplicará gradualmente y afectará solamente a las cárceles subcontratadas por el gobierno federal, que acogen un tercio de los reos que hay en prisiones privadas en Estados Unidos.
Hasta el momento, se revisará el contrato con 13 prisiones privadas del país, y se prevé que el acuerdo expirará en los próximos cinco años.
Esta decisión del gobierno significa un fuerte golpe al negocio de la privatización carcelaria en EE.UU., que últimamente se había visto inmerso en el debate sobre la severidad del modelo penitenciario, ya que la semana pasada el Departamento de Justicia publicó una investigación en la que se concluye que las cárceles privadas son peores que las públicas: se dan más peleas, ataques y robos.
De esta manera, se podría esperar que varios estados sigan la decisión anunciada por el gobierno de Barack Obama y se impulse el debate de la izquierda estadounidense sobre la privatización carcelaria en un momento en el que el número de reos ha descendido de forma significativa en Estados Unidos.
Inmediatamente luego de que se anunciara la medida, el mercado de las prisiones privadas recibió un importante golpe económico: las reservas en Wall Street de las compañías de cárceles privadas cayeron bruscamente.
Para el mediodía de este jueves las acciones de la Corporación de Correccionales de América se hundió casi 50%.
La privatización de las cárceles se inició durante la década de los 80. Sin embargo, fue durante los últimos 10 años cuando se disparó el auge de las prisiones privadas. Entre 1999 y 2014 la población en cárceles privadas creció 84%; en contraste, en las públicas sólo 10%.
Fuente: BBC