La Administración Biden parece estar respondiendo con medidas coercitivas a los estados que en las últimas horas manifestaron su apoyo a Texas por la disputa con la Casa Blanca debido la crisis migratoria que satura albergues y las capacidades de los funcionarios de seguridad. Desde Washington ordenaron suspender un importante proyecto gasífero con la excusa de “analizar su impacto climático”.
Se trata del Calcasieu Pass 2, ubicado en Luisiana y que está valorado en 10000 millones de dólares. Según las proyecciones, exportaría hasta 20 millones de toneladas de gas natural licuado (GNL) al año. Por ende, si bien los activistas climáticos cantan victoria por esta decisión, la misma podría tener un trasfondo político. El gobernador de ese estado, Jeff Landry, es uno de los firmantes del comunicado que respalda a su colega Greg Abbott en la disputa que tiene con Biden.
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Además, la economía estadounidense podría salir pagando un alto precio por la suspensión del Calcasieu Pass 2. En el año 2023 EE. UU. se convirtió por primera vez en el mayor exportador mundial de GNL, superando a sus competidores Australia y Qatar, de acuerdo con Bloomberg. En otras palabras, la Administración Biden estaría llevando la disputa por la crisis en la frontera a un terreno económico que poco le conviene en el corto plazo.
Efecto dominó de una mala decisión
La relación entre la suspensión del proyecto gasífero y el enfrentamiento con Texas no solo tiene que ver con la firma que el gobernador republicano de Luisiana estampó en el comunicado en apoyo a Greg Abbott. Actualmente hay 17 propuestas para nuevas terminales de GNL y tal como menciona el medio local KPLC, la decisión de este proyecto “podría afectarlas a todas”.
Aquí es donde sale a relucir Texas, ya que nuevos proyectos gasíferos deberían entrar en funcionamiento este año. Uno de estos es el Proyecto Conector de Luisiana para entregar gas natural a través de interconexiones de gasoductos en Luisiana y Texas. Por otro lado, el Proyecto Conector de Texas, de 34 millas, se extenderá desde las interconexiones en Texas hasta la terminal de exportación, explica El Periódico de la Energía.
En tal sentido, la disputa por la crisis fronteriza se convierte en un juego de poder en pleno año electoral para el gobierno de Biden, que por un lado exige a Texas eliminar los alambres de púas a lo largo del cruce con México, pero por el otro pone una soga al cuello a la economía. La decisión cae como anillo al dedo a Vladímir Putin, en Rusia, ya que este país también exporta GNL y significa una importante entrada de dinero que termina fortaleciéndolo en la guerra contra Ucrania.
Patrulla Fronteriza desobedece a Biden
En medio de esta pugna entre Biden y los estados republicanos se dio a conocer un testimonio de un funcionario de la Patrulla Fronteriza, quien anunció que “no tienen planes” de eliminar el alambre de púas instalado por Texas.
La Corte Suprema de Estados Unidos ordenó quitarlo, así como las bayas que Abbott ordenó poner a lo largo del río Bravo en la frontera con México. pero Texas argumenta que Biden viola la Constitución al no cumplir las normas federales de defensa fronteriza. Mientras tanto, en las filas de la CBP tienen claro a quien apoyar: “Mientras este asunto se desarrolla en los tribunales, la relación entre la Patrulla Fronteriza, el DPS [Departamento de Seguridad Pública] de Texas y el TMD [Departamento Militar de Texas] sigue siendo fuerte”, explicó.