Parecía que la situación con los cruces irregulares por la frontera sur de Estados Unidos no podía complicarse más, hasta que estalló una pelea frontal entre el gobernador de Texas, Greg Abbott y la Administración Biden. Ahora, alrededor de 25 estados republicanos se están pronunciado en apoyo al territorio fronterizo que cada día ve cómo miles de migrantes ingresan sin papeles y sin pasar por los puntos de inmigración autorizados.
Florida, Virginia, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Tennessee y Alabama son algunos de los que están cerrando filas entre sus gobernadores. Ellos critican la postura de Biden, quien se ensañó contra la instalación del alambre de púas en Texas y apuntan a la Corte Suprema porque ésta ordenó retirarlo, debido a que “impedía a los agentes de la Patrulla Fronteriza acceder al área y desempeñar sus funciones”.
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El mensaje de Ron DeSantis retumba por estas horas: “¿Puede el gobierno federal desafiar la ley y obligar a un estado a permitir una invasión extranjera? James Madison no lo creía…”, aseveró haciendo referencia al cuarto presidente de la historia de EE. UU. y quien ayudó a redactar la Constitución del país. Sus palabras no solo son el preámbulo de una lucha entre estados republicanos y el gobierno federal, sino que esto se convierte en un problema para la dupla de Joe Biden y Kamala Harris en pleno año electoral.
TX Land Commissioner with a video tracking how many states have announced they stand with Texas vs Biden admin in border dispute. https://t.co/pnerrIHNa5
— Bill Melugin (@BillMelugin_) January 25, 2024
“Biden violó las leyes migratorias”
La etiqueta #StandWithTexas se posiciona en redes sociales mientras que Abbott publicó un comunicado donde recuerda que el gobierno federal “ha roto el pacto entre Estados Unidos y los estados”, al olvidar su deber de hacer cumplir las normas federales que protegen a los estados, incluidas las legislaciones de migración vigentes. “Biden se ha negado a hacer cumplir esas leyes e incluso las ha violado”, escribió.
En efecto, la gestión fronteriza de Biden fracasó. Ni siquiera sirvió designar a Kamala Harris al frente de la crisis. El asunto cobró tal magnitud que la cifra de inmigrantes ilegales, contando desde que Biden llegó a la Casa Blanca, se acerca al número de nacimientos en Estados Unidos. De octubre de 2022 a septiembre de 2023 se registraron más de 2,4 millones de cruces, de acuerdo con datos oficiales, y a final de este año se estima que esa cifra llegue a tres millones. Un dato nada alentador para la Administración demócrata en época electoral.
En el Capitolio las cosas tampoco avanzan demasiado. En el Senado se está trabajando en una ley semejante al extinto Título 42 y que sólo sería obligatoria si las cifras en la frontera sur superan los 5000 encuentros con inmigrantes por día, según Fox News. Sin embargo, eso solo traería más problemas, porque esa medida de expulsión significaría que 150.000 migrantes irregulares seguirían entrando por mes. En un año serían 1,8 millones de personas. En cambio, como menciona el reportero Bill Melugin, “el año más alto de Trump fue el año fiscal 2019 con 850.000 cruces”.
Can the federal government defy the law and force a state to allow a foreign invasion. James Madison didn’t think so… pic.twitter.com/XwpSCEcAGh
— Ron DeSantis (@GovRonDeSantis) January 25, 2024