El proceso penal que la justicia estadounidense lleva adelante contra Claudia Díaz, extesorera de la dictadura venezolana, está sacando a la luz más información sobre cómo se forjaban los turbios y corruptos negocios durante parte de la era chavista. En este sentido, Alejandro «El Tuerto» Andrade se convierte en la persona con el testimonio más valioso en su contra. El exguardaespaldas y extesorero de Hugo Chávez se subió al estrado durante el inicio del juicio para dar más detalles del entramado relacionado al lavado de millones de dólares. Él logró salir en libertad hace nueves meses luego de colaborar con Estados Unidos.
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Andrade explicó en el juicio contra Díaz y su esposo, Adrián Velásquez, que los pagos de los sobornos que recibió fueron gracias a acuerdos con otras personas y que reclutó a la acusada desde que ella se convirtió en Tesorera Nacional de Venezuela en 2011. El motivo, es que «El Tuerto» Andrade ocupó ese cargo entre 2007 y 2010. Pero al dejarlo, se encargó de que alguien más continuara con los negocios. Díaz “aceptó hacerlo y compartir las ganancias con él y Gorrín”, según sus palabras replicadas por El Nuevo Herald.
Es la primera vez que el extesorero de Hugo Chávez habla abiertamente de su participación en parte de la red de corrupción del régimen. Ya lo había hecho, pero solo a modo de confesión para rebajar su pena. Algo que le sirvió para salir en libertad a inicios de este año, luego de renunciar a numerosas propiedades, como relojes, caballos, vehículos y una mansión en Palm Beach. Su delito: obtener sobornos por unos 1000 millones de dólares pertenecientes al Estado venezolano.
“Mitad para Díaz y mitad para Gorrín”
El caso de Claudia Díaz es tan escandaloso como el de Álex Saab, quien hoy es señalado como el presunto testaferro de Nicolás Maduro, y fue detenido en Cabo Verde, para ser extraditado a Estados Unidos por su participación en otro entramado de corrupción relacionado al programa de alimentación CLAP. Pero sin duda, el proceso judicial contra la mujer cercana al fallecido Hugo Chávez se está llevando el protagonismo en estas últimas horas.
Sumado a lo que ya había mencionado, Andrade detalló “cómo cultivó relaciones lucrativas con tres empresarios con casas de corretaje que cambiaban bolívares por dólares para abastecer al gobierno de Venezuela con abundante moneda nacional”.
Uno de esos tres empresarios sería justamente el fugitivo Raúl Gorrín, quien “pagó sobornos enormes no solo a él sino también a su sucesora, Díaz, y al esposo de esta, Velásquez, quien actuó como su intermediario con Gorrín”.
“La mitad sería para ella [Díaz] y la otra mitad se dividiría entre Raúl [Gorrín] y yo”, contó el exguardaespaldas del chavismo.
Fiscales deben convencer al jurado
En 2019, EE. UU. logró incautarle a Andrade 250 millones de dólares en 2019, pero cuando un abogado del Departamento de Justicia le preguntó por el resto del dinero, respondió que “está en manos de otras personas”. Esa frase no solo es la muestra de que millones de dólares pertenecientes a las arcas venezolanas siguen fuera del país, sino que reitera que la corrupción chavista sigue tan vigente como cuando el fundador de la “revolución bolivariana” vivía.
Díaz recibió sobornos por unos 65 millones de dólares entre los años 2011 y 2013, de acuerdo con la fiscalía estadounidense. Sin embargo, ella dice ser inocente a pesar del testimonio detallado de “El Tuerto” Andrade. Aún así, insiste al punto que disputa los cargos penales en su contra. Es la primera vez que un exfuncionario de alto rango del chavismo lo hace frente a la justicia y si los fiscales no convencen al jurado de sus delitos, eso podría servir de impulso para que futuros acusados recurran al mismo recurso, según lo que apuntan medios locales.
Sin embargo, el relato del exguardaespaldas ofrece detalles claros y concisos, y al juicio aún le queda una semana de revelaciones.