Un reciente informe que revela el reclutamiento chino dentro de uno de los laboratorios más importantes de Estados Unidos se convirtió en el detonante para que varios congresistas republicanos exijan a la Administración Biden una investigación a fondo. En total, 11 miembros del Congreso advirtieron el riesgo para la seguridad nacional que implica el espionaje del Partido Comunista Chino (PCCh) sobre un lugar que ayudó a crear armas nucleares usadas en la Segunda Guerra Mundial.
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Al menos 162 científicos que habían trabajado en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, ubicado en Nuevo México, regresaron a China entre 1987 y 2021 para, en pocas palabras, entregar al gigante asiático conocimientos adquiridos en suelo estadounidense, detectó un informe de la empresa de inteligencia estratégica Strider Technologies.
Este tipo de hallazgos no es nuevo. Sin embargo, no deja de ser preocupante por sus antecedentes. Y es que la intromisión de Xi Jinping es cada vez mayor. El año pasado un experto de la NASA admitió sus vínculos con el PCCh a través de un programa de espionaje chino y en septiembre pasado salió a la luz cómo el Departamento de Defensa de EE. UU. financió investigaciones nucleares de personas afiliadas al partido.
En primera instancia, es como si el régimen de Xi Jinping estuviera logrando trastocar la seguridad estadounidense y de esta manera, robustecer su propia arsenal. El vehículo por excelencia para lograrlo es el oscuro y detalladamente planificado Programa de los Mil Talentos, usado para reclutar personas con acceso o conocimiento de tecnología extranjera.
“El Club de Los Álamos”
El nombre que este grupo de expertos simpatizantes con el espionaje chino recibe en el informe es “El Club de Los Álamos”. Son personas de ciudadanía china que habrían ayudado al comunismo de Xi Jinping en “tecnologías militares y de doble uso, clave en áreas como la hipersónica, las ojivas que penetran en las profundidades de la tierra o la reducción del ruido de los submarinos”.
Las acciones que ejecutaron, según el informe, dejan ver el grado de intromisión que tienen en el laboratorio adscrito al Departamento de Energía (DoE). Por ejemplo, uno de ellos tenía una “autorización Q” que permitía el acceso a información de seguridad nacional y datos bajo la categoría de “Top secret”.
Ante la magnitud de la información, los congresistas republicanos exigen al gobierno de Biden explicar si está al tanto de esto o si se están tomando medidas para evitar el robo de información. La preocupación es meramente de esta bancada, ya que el Partido Demócrata ha demostrado que sus prioridades son otras como la agenda ideológica o las supuestas energías verdes.
Capitalizar información extranjera
Un caso plasmado en el informe sobre el “Club de Los Álamos” es el del Dr. Chen Shiyi, experto en dinámica de fluidos que se desempeñó en el laboratorio en la década de los años 90. Luego, al volver a China, comenzó a dirigir la Universidad de Ciencia y Tecnología del Sur (SUSTech).
Otro es Zhao Yusheng, justamente reclutado por el Dr. Chen. Pasó 18 años trabajando en el laboratorio y recibió subvenciones que superaron los 19 millones de dólares para investigar, entre muchos temas, sobre ojivas de penetración en suelo profundo. Actualmente forma parte de la Academia China de Ingeniería Física (CAEP) en China que desarrolla armas nucleares.
Como esos casos hay cientos más. Por ello, para los congresistas, el grupo “confirma las preocupaciones en torno a los programas de reclutamiento de talentos malignos, demostrando claramente que el PCCh ha tenido éxito en robar y capitalizar nuestra investigación y desarrollo”.