El lujo sobra en la mansión en Malibú donde actualmente residen agentes del Servicio Secreto que protegen a Hunter Biden, hijo del presidente Joe Biden. Luego del escándalo que ocasionó la propagación de información que se encontraba en su computadora personal que abandonó en un centro de reparaciones en Delaware, han trascendido una sucesión de hechos que despiertan la inquietud de los estadounidenses. Por ejemplo, que dicha vivienda, que cuenta con “hermosas vistas al océano” cuesta unos 30000 dólares mensuales. Eso se traslada directamente al bolsillo de los contribuyentes.
Se trata de una casa “estilo centro turístico”. Incluye seis habitaciones, seis baños, un gimnasio, una sala de degustación, una barbacoa empotrada, piscina, spa, entre otras particularidades según una descripción obtenida por ABC News. La mansión en Malibú también es “un refugio perfecto para la clientela exigente”.
Aunque la protección de la familia del presidente es algo estipulado en la ley federal, las críticas abundan por el exorbitante lujo a costa del presupuesto del país. Y es que si se calcula el monto anual a partir de la información compartida por el portal estadounidense, solo por la mansión en Malibú se estarían gastando 360.000 dólares anuales.
El precio no es la única razón de las críticas. El hijo del mandatario está bajo una investigación federal por asuntos fiscales. Asimismo, está señalado por negocios turbios con empresas extranjeras. A esto se suman las fotos extraídas de su computadora, revelando una fuerte adicción a las drogas.
Rodeado de opulencia
En innegable que el hijo del presidente de Estados Unidos vive rodeado de lujos y consideraciones a pesar del expediente que lo acompaña. Otra muestra de ellos son los cuadros que exhibió el año pasado de su supuesta autoría y los cuales alcanzaron un valor inconcebible para conocedores de arte. Hasta 500.000 dólares llegaba a costar una de sus pinturas siendo aún amateur. La razón puede deberse al hecho de que su padre sea Presidente.
Aunque la residencia de sus escoltas en Malibú es lujosa, la mansión de Hunter Biden no se queda atrás. Posee cuatro dormitorios y tres baños. Techos altos abovedados, cocina de chef, piscina, spa y una barra para barbacoa incorporada.
El llamado de atención ante tal suntuosidad vino de Craig Holman, lobbista de ética, cabildeo y financiación de campañas del grupo de Public Citizen, grupo de expertos en la defensa de los derechos del consumidor.
“Hunter debería reconocer el costo exorbitante de su propia protección en el exclusivo vecindario de Malibú y cooperar con el Servicio Secreto para reducir los gastos”.
Reconoce que es una carga “desmesurada” para los contribuyentes. Una conclusión acertada. La inflación viene haciendo mella en el presupuesto de los hogares estadounidenses a lo que últimamente se sumó el incremento de la gasolina, producto del impacto de los precios del petróleo por la guerra rusa en Ucrania. Sin embargo, Hunter Biden parece no escatimar en gastos. “Debería darse cuenta de esto y acomodar su equipo de seguridad en su propia casa”, insiste Holman.
De críticos a criticados
Queda en evidencia que el hijo del mandatario está incurriendo en lo mismo que simpatizantes del Partido Demócrata tanto le criticaron al expresidente Donald Trump. Para octubre de 2020, a pocos días de las elecciones presidenciales The Washington Post indicó que el Servicio Secreto había gastado alrededor de 1,2 millones de dólares en varias propiedades de Trump, mientras protegía a la familia presidencial.
Sin embargo, el mismo medio que propagó la información sobre el exmandatario republicano no ha difundido cuánto gasta en total la familia Biden. Barack Obama también fue criticado en su momento, y bajo su mandato el entonces vicepresidente Joe Biden cobró 2200 dólares mensuales al Servicio Secreto para alquilarle a los agentes una casa de campo en su propiedad de Delaware.
Estados Unidos pasa por momentos económicos y políticos complejos. Por eso no está de más el llamado a reducir gastos. Más teniendo en cuenta que Hunter Biden no da la mejor imagen para ser el hijo del presidente de la nación norteamericana.