Para Humberto Calderón Berti, exembajador de Juan Guaidó en Colombia, la politización de Monómeros acabó con la empresa agroindustrial. Sumado a esto, el extinto interinato “perdió la oportunidad” de demostrarle al país que su gestión iba a ser distinta. Que las cosas “se podían hacer de una manera distinta. Con transparencia y eficiencia”. La oportunidad se desaprovechó.
En lugar de haber presentado una administración diferente a la del chavismo, la oposición parece haber actuado igual en cuanto al manejo de los activos venezolanos en el exterior. Calderón Berti asegura que varios diputados de la anterior Asamblea Nacional —cuando estuvo controlada por la oposición— presionaron a la junta directiva para “exigir favores y proponer negocios”. El resultado de este y otros manejos sospechosos llevaron recientemente a la Superintendencia de Sociedades (Supersociedades) de Colombia a entrar en juego en la investigación. El experto petrolero y político venezolano había denunciado irregularidades en 2019 y esta vez volvió a hablar de lo que presenció en su momento.
La filial de Pequiven, fabricante de fertilizantes con complejos industriales en Colombia, acudió hace pocos días a un recurso legal denominado «plan de salvamento» para intentar sortear la falta de liquidez. En pocas palabras, se trata de un recurso con el que busca salvarse de la quiebra. Según la empresa, esta acción le «permitirá asegurar la operación continuada de los negocios de la sociedad y preservar los empleos». Sin embargo, no hay información transparente. Este es solo un factor negativo de muchos que rodean a la empresa venezolana.
La presión de diputados opositores
“El error estuvo desde el propio inicio”, declaró Calderón Berti en entrevista concedida al programa No Callaré, dirigido por la periodista venezolana Nitu Pérez Osuna. El exembajador recordó que la junta directiva que se nombró al comienzo, presidida por el ingeniero Jon Mirena Bilbao Baroja y otros expertos fue “rápidamente reemplazada”. Ahí comenzó la disputa entre los partidos opositores del G-4.
“En su momento manifesté mi descuerdo con aquello”, dijo. Posteriormente fue invitado a una reunión. “Mi sorpresa fue que quien estaba dirigiendo la reunión era Manuel Rosales”, contó Calderón Berti. Según su relato, también estaban diputados de la Asamblea Nacional de la oposición, por ejemplo, Elías Mata del partido Un Nuevo Tiempo, así como Tomás Guanipa y Jorge Millán de Primero Justicia.
“Los increpaban como si fueran enemigos, de una forma absolutamente desconsiderada”, dijo para referirse al trato de los diputados a los miembros de la junta directiva. Mencionó también a Oscar Rondero, de Acción Democrática, quien se habría reunido “dos veces” con Bilbao. “Le pedí [a Bilbao] que no cediera”.
El político venezolano, al igual que otros expertos, defiende la transparencia e insiste en que la Fiscalía de Colombia debe investigar e interrogar a “todos los que han pasado por la junta directiva de Monómeros”, incluyendo a Carmen Elisa Hernández, la expresidente de la junta directiva de la empresa que renunció recientemente a su cargo. El organismo también debe pedir “la lista de diputados venezolanos que pasaron pidiendo favores y proponiendo negocios”. Tampoco duda que en Citgo y PDVSA la politización se esté replicando.
El papel de Leopoldo López
Mención aparte merece el opositor Leopoldo López como partícipe activo en el manejo de la filial de Pequiven, señalada por contratos dudosos. Luego de sus denuncias en 2019, Calderón Berti fue presionado para renunciar a su cargo. “Me mandaban mensajes de Leopoldo López para que renunciara”.
En una entrevista previa concedida al periodista César Miguel Rondón, aseguró que “el gran responsable de todo lo que ha ocurrido en Monómeros”, es Leopoldo López, quien también “politiza exageradamente con un sectarismo impresionante”.
“Mi responsabilidad fue denunciar donde ocurrieron los hechos, en Colombia”, recordó el exembajador sobre el momento cuando presentó una denuncia ante la Fiscalía, tema que comentó en PanAm Post hace dos años. “Yo no caigo en el chantaje de que no se puede decir nada de lo que hace el gobierno interino porque es ir en contra de los intereses de los venezolanos. Por no haber dicho lo que había que decir, por no haber denunciado en su debido tiempo las cosas, fue que esto pasó”. El exembajador mantiene en pie su argumento. Mientras tanto, Monómeros, uno de los activos venezolanos que prometía sobrevivir a la crisis, parece mermar su futuro por el turbio manejo de la oposición.