El caso de espionaje chino dentro de la política estadounidense ocurrido entre 2011 y 2015 ha generado ruido entre importantes figuras de ese país, quienes exigen desclasificar el informe gubernamental que revelaría el alcance de las relaciones entre el congresista demócrata Eric Swalwell y la espía china Christine Fang.
Fang, espía para el régimen comunista chino, estableció vínculos con políticos locales y nacionales, con una sola intención: influir en el gobierno de Estados Unidos para beneficiar al régimen de Xi Jinping.
Uno de estos lazos fue Eric Swalwell, el congresista demócrata por California que forma parte del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
Donald Trump Jr, hijo del actual presidente de los Estados Unidos, apoyó la idea de desclasificar dicho informe, asomada por el comentarista conservador Mike Cernovich, reseña The Post Millennial.
— Donald Trump Jr. (@DonaldJTrumpJr) December 26, 2020
El caso fue revelado por Axios tras un año de una investigación, en la que se detalla que la función de Fang habría sido ayudar a colocar al menos un interno en la oficina de Swalwell. Además, interactuó con el congresista en múltiples eventos a lo largo de varios años.
La memoria corta de los demócratas
No hay que olvidar la obsesión de los demócratas tras las elecciones presidenciales de 2016 cuando Donald Trump resultó electo presidente de EE.UU. Estos aseguraban que el líder republicano había confabulado con Rusia para interferir en las elecciones.
La denuncia se basaba en que Rusia habría llevado adelante una campaña a través de redes sociales para promover el voto a favor del candidato republicano.
Supuestamente, las publicaciones de cuentas falsas en Twitter, Instagram, Facebook y YouTube generaron más de 300 millones de interacciones de los internautas estadounidenses entre 2015 y 2017.
Entre los principales objetivos de la Agencia de Investigación de Internet (IRA, en sus siglas en inglés) estaban los afroamericanos. Les dirigían mensajes sobre brutalidad policial, para después desanimarlos a votar.
Swalwell fue uno de los principales precursores de esta campaña. Incluso abrió un sitio web para mostrar las presuntas conexiones entre Trump y Rusia. El demócrata también acudió a otros legisladores republicanos, pero no tuvo éxito en su campaña.
El hecho que hayan salido a la luz pública sus vínculos con una espía china despierta la suspicacia en periodistas y políticos.
“Un recordatorio es el hecho de que los demócratas pasaron 2 AÑOS obsesionados con la colusión entre Trump y Rusia (que no existía), pero ahora están ignorando el hecho de que el representante Eric Swalwell resultó comprometido por una espía comunista china”, tuiteó la periodista Liz Wheeler.
Your daily reminder that Democrats spent 2 YEARS obsessing over Trump/Russia collusion (which didn’t exist), but now are ignoring the fact that Rep. Eric Swalwell was compromised by a Chinese Communist spy.
— Liz Wheeler (@Liz_Wheeler) December 21, 2020
El legislador de la Cámara baja, Kevin McCarthy, aseguró que Eric Swalwell debería salir del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
La transgresión china
Swalwell cortó inmediatamente toda relación con Fang, afirmó un funcionario de inteligencia de EE. UU. y no ha sido acusado de ningún delito. Christine Fang salió del país en el año 2015.
El tema del espionaje chino en Estados Unidos sigue latente. El FBI desarrolla investigaciones de cómo Xi Jinping a través del Partido Comunista de China (PCCh) se ha infiltrado en redes sociales y grupos civiles para influir en la conducta de la ciudadanía.
La transgresión ha llegado a niveles corporativos, con células del partido en empresas norteamericanas con sedes en China, como PepsiCo, IBM y 3M.
“El caso (Christine Fang) demuestra la estrategia de China de cultivar relaciones que pueden tardar años o incluso décadas en dar sus frutos. El Partido Comunista chino sabe que los alcaldes y los concejales de hoy son los gobernadores y miembros del Congreso de mañana”, advirtió Axios.
Durante sus años en EE. UU. Fang se encargó se inmiscuirse en varios niveles de la política norteamericana. Accedió a hábitos, preferencias, horarios, redes sociales e incluso rumores de funcionarios del gobierno.
Chris Wray, director del FBI advierte que Pekín “está involucrado en una campaña de influencia extranjera maligna altamente sofisticada”.