
EnglishEste sábado 13 de diciembre, el Senado de Estados Unidos aprobó el denominado “Cromnibus”, un proyecto de ley que combina una “resolución de continuidad” con un proyecto de gastos generales. En resumen, estos proyectos son utilizados para simplificar el financiamiento gubernamental reduciéndolo a un sencillo voto “por sí o por no” sobre decisiones de gasto. Este tipo de proyectos de ley son generalmente tediosos y largos, diseñados por los legisladores sin aprobación previa del comité de gastos y repleta de disposiciones adjuntas que no tienen relación con la ley pero que de todas maneras son incluidas.
El proyecto prevé un gasto de alrededor de US$1,1 billones para mantener al Gobierno financiado, en gran parte, durante el próximo año. ¿Qué se esconde en las 1.603 páginas del Cromnibus? Varias cosas: algunas de ellas malas y otras peores. Sin embargo, el proyecto contiene algunos puntos positivos que valen la pena destacar.
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Primero, y probablemente el aspecto más negativo del proyecto, está el intento de aplastar la legalización del cannabis aprobada en el Distrito de Columbia. El proyecto prohíbe a la ciudad utilizar cualquier tipo de dinero proveniente de los contribuyentes —incluso aquellos recaudados localmente— para “promulgar cualquier ley, norma, o regulación” que legalice la marihuana. La disposición, propuesta por el representante Andy Harris (R-MD), oponente de la legalización, congela la implementación de la Iniciativa 71, incluso a pesar de que la medida fue aprobada en noviembre con un apoyo en las urnas superior al 70%.
Luego le siguen un número de disposiciones que podrían considerarse victorias para ambos partidos, a pesar de que en general se tratan de ajustes menores. El proyecto elimina las regulaciones que disminuían el número de horas que los camioneros de larga distancia podían viajar por semana. También hubo ciertos ajustes sobre algunas regulaciones bancarias marginalmente importantes.
La Agencia de Protección Ambiental y el Servicio de Recaudación Impositiva sufrieron recortes presupuestarios, aunque la primera recibió un presupuesto más holgado de lo que solicitó el presidente. El proyecto también contempla la asignación de US$5,4 mil millones para luchar contra el ébola y algunos miles de millones para asistir a países como Israel y Jordania. También desactiva el perenne plan del Servicio Postal de EE.UU. de terminar la entrega de correo los días sábado.
Cromnibus relaja las normas de contenido de sodio en las viandas escolares, y hasta aborda el asunto de las especies en extinción prohibiendo la protección del sabio urogallo baj0 la lista de especies en peligro. Finalmente autoriza un mayor gasto para las operaciones militares contra el Estado Islámico. Las leyes “ómnibus” se destacan por su enorme tamaño y amplitud en los temas que aborda, y este proyecto cumple esos requisitos con honores.
Muchas de las disposiciones simplemente apuntan a a tratar asuntos menores que han surgido recientemente. Desde que se impusieron directrices alimenticias en los almuerzos escolares, los estudiantes han estado reclamando que estas sean relajadas. Los reclamos de los rancheros y los exploradores de petróleo y gas por el sabio urogallo llevan años. Con estos ajustes, los políticos esperan apaciguar algunos de los grupos que les han dado dolores de cabeza, pero eso es todo.
En suma, estas medidas se compensan unas con otras en su mayor parte; hay pequeños cambios positivos y negativos, no obstante la legislación podría haber sido peor. Sin embargo, no son todas malas noticias. El proyecto tiene algunas disposiciones que son genuinamente buenas, incluyendo la protección a las leyes estatales que legalizaron la marihuana.
El representante Dana Rohrabacher (R-CA) ha logrado exitosamente incluir una medida que prohíbe que el Departamento de Justicia utilice fondos federales para “prevenir que esos Estados puedan implementar sus propias leyes estatales que autorizan el uso, distribución, posesión o cultivo de marihuana terapéutica” en Estados que ya hayan aprobado ese tipo de legislación.
De esta manera se termina de forma efectiva con los operativos del Departamento de Justicia que han estado acosando a los Estados donde la marihuana para fines medicinales es legal, poniendo un punto final a la incertidumbre para los negocios locales, los cuidadores y los pacientes. Aunque se trata de una victoria menor, el valor que esta disposición puede crear compensa al menos algunos de los aspectos más negativos del proyecto.
In a day and age when partisan bickering is all the rage, omnibus bills are one place where real compromise between the major parties occurs in Washington. This is done out of necessity, since both parties have an interest in keeping the government running, and will use large, complex, opaque bills to make that happen.
En una época en la que las disputas partidistas están de moda, las leyes ómnibus son un lugar donde los dos principales partidos hacen verdaderas concesiones en Washington D.C. Esto se hace por necesidad, ya que ambas partes tienen interés en mantener el funcionamiento del Gobierno, y recurrirán a grandes, complejas y opacos proyectos para que esto suceda.
Para ser un proyecto de 1.603 páginas hay poco que sea de importancia, lo cual es deliberado. Su opacidad y complejidad esconden un montón de disposiciones diminutas con pocas repercusiones nacionales. En Washington, donde el único consenso es “mantener al Gobierno funcionando”, deberíamos estar contentos que el proyecto no terminó siendo peor de lo que es.