Durante una llamada telefónica de este lunes, Xi Jinping y Miguel Díaz-Canel acordaron trabajar en dos frentes comunes. Por un lado, en la «construcción del socialismo» en ambas naciones y por otro, en la batalla contra el COVID-19, reportó el diario Xinhua.
La máxima autoridad de Pekín señaló que pretende concentrar esfuerzos con el país caribeño para convertirse en referentes en el manejo de la pandemia. La prueba más evidente de esta nueva alianza suscrita entre los regímenes, es el anuncio del gigante asiático de suministrar vacunas en la isla.
El acuerdo tras las vacunas
A partir de este domingo, la dictadura castrista comenzó a aplicar vacunas de origen chino, reforzando sus lazos con Pekín. La Habana ya contaba con cinco vacunas propias, entre ellas, Abdala, Soberana Plus y Mambisa. Sin embargo, esta es la primera vez que administra una de fabricación extranjera.
El estreno de la china Sinopharm ocurrió en la provincia de Cienfuegos para las personas mayores de 19 años. Según el director del Instituto Finlay de Vacunas (IFV), Vicente Vérez, la inoculación incluirá dos dosis de Sinopharm junto con un refuerzo de la cubana Soberana Plus. Asimismo, la doctora Dagmar García, perteneciente a esta entidad, señaló que la aplicación se realizará con un intermedio de 21 días.
Para el virólogo cubano Amilcar Pérez Riverol, esta medida no es casualidad. «Parece obvio que la decisión de aplicar Sinopharm en Cienfuegos está asociada a la limitada disponibilidad de vacunas cubanas y a la urgencia que genera la explosión de casos», indicó desde Brasil.
De acuerdo al IFV, la eficacia de la combinación de estas vacunas sobrepasa el 90 %. No obstante, no especificó la fuente de la información ni tampoco si el regulador de medicamentos en Cuba había autorizado el uso de esta vacuna en particular. Por otro lado, Vérez no aclaró si esta fue comprada a China o si fue parte de una donación.
Las contradicciones «sanitarias» de Cuba
Desde el inicio de la pandemia, el régimen cubano decidió no integrar el mecanismo Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este fue creado para que países de bajo ingresos puedan acceder a vacunas. Según las autoridades sanitarias de la isla, no se negaron a recibirlas a través de la OMS, sino que decidieron invertir en fórmulas propias.
Sin embargo, hoy Cuba parece contradecir este anuncio, al optar por vacunas extranjeras. De esta forma, el régimen castrista evidencia el acercamiento de sus vínculos con el gigante asiático.
Según el medio oficialista Xinhua, el líder chino prometió al dictador cubano entregarle todo su apoyo para potenciar la causa socialista en la isla. Además de colaborar en la búsqueda de un «desarrollo conjunto» y ser buenos camaradas en la coordinación estratégica.
En la conversación, también intercambiaron cordiales mensajes. Díaz-Canel transmitió los saludos del dictador Raúl Castro, quien además aprovechó de informar al líder asiático sobre la situación interna de Cuba. Xi Jinping por su parte, agradeció los saludos de su par cubano.