Nuevamente, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), escogió el silencio para esquivar temas complejos como el proceso electoral de Estados Unidos y Donald Trump.
Ha callado sobre el violento asalto al Capitolio en Washington, donde murieron cinco personas. Su muleta de siempre, no intervenir en asuntos de otros países, porque este caso le corresponde resolver a los estadounidenses.
“Nosotros siempre hemos actuado con respeto a la política interna de otros países, así lo estable nuestra Constitución. No vamos a intervenir en estos asuntos que corresponde a los estadounidenses. Siempre es lamentable que se pierdan vidas, humanas, en eso si podemos expresar”, dijo AMLO en su conferencia mañanera desde Palacio Nacional.
Para felicitar a Joe Biden, López Obrador esperó 38 días. Hasta que el Colegio Electoral hizo la declaratoria del nuevo presidente de los Estados Unidos.
“No podemos opinar nada hasta que se termine el conteo y la autoridad correspondiente declare al ganador. Es una elección cerrada, no podemos nosotros dar una opinión, repito, solo desear que las cosas en EE. UU. sigan ocurriendo en calma como hasta ahora, que está llevándose a cabo el conteo de los votos”, señaló López Obrador el 4 de noviembre.
¿Respeto a la política interna de otros países? ¿Principios de no intervención?
Respeto “selectivo” de López Obrador
El 10 de noviembre el presidente de México ofreció asilo político a Evo Morales con lo que avaló el supuesto “golpe de Estado” en su contra, en Bolivia.
Luego de 14 años en el poder, Morales tuvo que renunciar a su “supuesto” triunfo en las fraudulentas elecciones del 20 de octubre. Después de semanas de disturbios, violentas protestas callejeras y manifestaciones de detractores de Evo, no tuvo otra opción que renunciar y huir de Bolivia.
El “austero” Gobierno de AMLO, incluso, envió un avión de la Fuerza Aérea Mexicana para trasladar a Evo Morales a México. Pero no fue recibido solo como asilado, sino también como amigo del Gobierno mexicano, lo que generó controversias y molestias a una buena parte de la sociedad.
Intercambio de elogios
“Evo es nuestro hermano que representa con dignidad al pueblo mayoritariamente indígena de Bolivia”, dijo en ese momento López Obrador. Le faltó decir que comparten la misma tendencia política, popular y autoritaria. “AMLO me salvó la vida”, respondió Evo.
Evo Morales estuvo tres semanas en México, donde mantuvo su actividad política.
Insisto ¿eso es respeto a la política exterior de otro país?
De pronóstico reservado la relación de Biden y AMLO
En entrevista para PanAm Post el analista Adolfo Laborde consideró que la postura de López Obrador podría ser una estrategia para la nueva relación con Estados Unidos.
“Nuestro presidente tiene una política muy institucional, ortodoxa apegándose a los principios de la política exterior de México y eso es parte del tema de no intervenir. No hacerlo antes porque tampoco quiere dar pauta a que los EEUU lo puedan hacer con México. Yo creo que es protegerse en vísperas de una relación compleja”.
Podría haber sido la oportunidad de López Obrador para manifestar un acto de buena voluntad y acercamiento a Joe Biden, quien llegará a la presidencia el próximo 20 de enero.
Pero no la aprovechó. Parece que no hay la mínima intención de AMLO de congraciarse con él, luego de visitar a Trump en la Casa Blanca y después, evitar hasta donde pudo el reconocimiento de su victoria.
¿Qué pensará Biden sobre el ofrecimiento de asilo político que le hizo el mandatario mexicano a Julian Assange? ¿Lo haría si Donald Trump fuera reelecto?
En 13 días Biden despachará en la Casa Blanca. Nada será igual en la relación bilateral. Para el internacionalista Laborde, el trato del nuevo presidente y López Obrador será institucional, totalmente diferente al que tenía con Trump.
Como preludio, AMLO reveló que hasta el momento no ha sido invitado a la toma de posesión del presidente número 46 de Estados Unidos.
“Para eso está la Cancillería para poder tejer fino. Con Biden la relación será otra porque el tipo de acercamiento es institucional. Con Trump era personal a través de sus enviados, aquí cambia porque es institucional, por eso las cartas y las estrategias van a cambiar. Si va a ser diferente, habrá que tejer muy fino”.
¿López Obrador será tan condescendiente con Biden como lo fue con Donald Trump, a quien le cumplió prácticamente todos sus caprichos?
“El tema de la política con EEUU es compleja, yo no creo que AMLO haya dado carta abierta a todo, yo pienso que es una estrategia para poder evitar el conflicto porque como sabemos Trump tenía una política muy directa, atípica, disruptiva y eso podría dañar a nuestro país que depende del 82 por ciento del comercio y hay una gran cantidad de hispanos que viven en Estados Unidos y por lo tanto se fue por una perspectiva de acercamiento más pragmática”.
Laborde consideró que la nueva estrategia será una oportunidad para reconfigurar la relación entre Estados Unidos y México, pero sí augura serios desacuerdos entre ambas naciones.
“No hay que olvidar que se acaba de firmar una Ley de Seguridad Nacional y después otra del control de los agentes que operan en México y de eso se habló poco. Pero de alguna manera es atar de manos y establecer ese lineamiento de primer orden, concentrar el dialogo político en temas de seguridad a través de Palacio Nacional y eso cambia un poco la interlocución”.
Por lo pronto, trumpistas y republicanos ya están abandonando al cuestionado presidente que pronto dejará de serlo. Quien parece que no le dará la espalda es el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pase lo que pase.