El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), mostró nuevamente su doble moral ante el mundo, al respaldar —otra vez— a un dictador en un proceso electoral fraudulento e ilegitimo.
Solo México y Bolivia votaron en contra de la resolución de la Organización de Estados Americanos de “rechazar la elección fraudulenta del 6 de diciembre, conducida por el régimen de Nicolás Maduro, con el evidente propósito de eliminar la única institución legítima y democrática electa en Venezuela”.
De los 34 miembros activos de la OEA, 21 países votaron a favor de rechazar las elecciones parlamentarias de Venezuela, 5 se abstuvieron de votar, 6 no asistieron a la reunión virtual y los aliados, México y Bolivia avalaron la ilegal elección.
Las críticas de un proceso amañado que tuvo un abstencionismo del 70 % llegaron prácticamente de todo el mundo, de la Unión Europea, Estados Unidos y América Latina. México apoya la dictadura de Maduro.
Los argumentos de que no fueron elecciones libres ni justas, —que se realizaron en un contexto donde no han sido liberados los presos políticos y que no hay independencia de la autoridad electoral—, no fueron suficientes para que el Gobierno mexicano votar a favor de la resolución de la OEA.
La embajadora de México ante la organización, Luz Elena Baños, justificó su voto argumentando que la resolución es “abiertamente intervencionista”, lo cual va en contra de los principios de la (OEA).
Ven injerencia de la organización, pero son omisos ante la dictadura chavista.
El gobierno de AMLO ya había apoyado a Nicolás Maduro ante la OEA cuando usó al Ejército para impedir el ingreso de los opositores al Congreso.
Ahí está la doble moral, las contradicciones de AMLO en el tema diplomático, las inconsistencias de un gobierno que ya han provocado confrontaciones dentro de la Organización de Estados Americanos.
Las incongruencias de López Obrador
El presidente mexicano no ha querido felicitar a Joe Biden luego de las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos hasta que sea oficial su triunfo. Así lo dijo entontes:
“Vamos a esperar a que se terminen de resolver todos los asuntos legales. No queremos ser imprudentes, no queremos actuar a la ligera y queremos ser respetuosos de la autodeterminación de los pueblos y respetuosos del derecho ajeno”.
Y es que ha dicho, que él sabe lo que significa una elección robada.
En las polémicas elecciones de 2006 el panista Felipe Calderón ganó por apenas 0.56 % de diferencia en los votos. AMLO no aceptó la derrota, insistió en que hubo fraude y se instaló en un plantón permanente en una de las avenidas más importante de la capital mexicana durante 47 días.
“Cuando nos robaron una de las veces la presidencia, todavía no se terminaban de contar los votos y algunos gobiernos extranjeros estaban reconociendo a los que se declararon ganadores. Todavía no había un cómputo legal y el presidente de España, Zapatero ya estaba felicitando a Calderón, una imprudencia”, dijo AMLO el 9 de noviembre.
En las elecciones de Estados Unidos se ha notado la “prudente” postura de López Obrador, porque es respetuoso y esperará resultados oficiales, pero en Venezuela avala el fraude electoral.
Apoyo incondicional a Evo Morales
Ya no sorprende el apoyo y relación de López Obrador con personajes y presidentes populistas, autoritarios y corruptos. En octubre del año pasado AMLO dio asilo político a Evo Morales, incluso envió un avión militar a Bolivia para llevarlo a México.
En las elecciones del 20 de octubre de 2019, Evo Morales fue reelecto en la presidencia de Bolivia mediante un proceso electoral que los opositores consideraron fraude. El presidente mexicano lo felicitó de inmediato a pesar de lo cuestionada que fue la elección.
Su presidencia fue insostenible por la inconformidad de sus opositores. La violencia generada en Bolivia llevó a Morales a renunciar y salir de su país. Mientras las verdaderas democracias de América Latina y el mundo condenaban a Evo Morales, en México fue recibido con los brazos abiertos.
Así la diplomacia mexicana. Los principios de la Doctrina Estrada de “No Intervención”, se cumplen de manera selectiva en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Para eso son los amigos, ¿no?