La actualidad política en Argentina sacudió el mapa en América Latina. La llegada a la presidencia de un liberal como Javier Milei rompió muchos manuales, que hasta el momento se consideraban dogmas inquebrantables. Uno de ellos, la mayor importancia de las estructuras políticas sobre las preferencias del electorado.
En Paraguay, los dos grandes partidos tradicionales siguen marcando el pulso de la política local. El Partido Colorado mantiene su vigencia como el “partido de Estado” u “oficial”, limitando las disputas políticas importantes del país a las internas. Del otro lado, el Partido Liberal Radical Auténtico, además de estar cómodo en el rol de oposición vitalicia tiene dos inconvenientes. Según el senador Eduardo Nakayama, un ala mantiene una cercanía (que casi parece una sociedad política) con un sector de los colorados. El problema es que la otra, a pesar del nombre del partido, de liberal no tiene absolutamente nada. “Lamentablemente, persiste una línea que comenzó hace décadas que llegó a reivindicar al guevarismo”, cuestiona el legislador paraguayo.
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Nakayama, que ganó popularidad a nivel nacional con su candidatura a intendente de Asunción, llegó al senado en las últimas elecciones, pero decidió romper con su histórico partido para darle inicio a una nueva agrupación, que ponga sobre la mesa una propuesta concreta que discuta las problemáticas con los partidos tradicionales. Sin embargo, el legislador considera que, para enfrentar al oficialismo, hace falta una gran coalición. ¿Conseguirá un senador en soledad hacerse un espacio en el debate nacional, con una propuesta de corte liberal, entre los dos tanques tradicionales de la política paraguaya?
El desafío es grande y el camino es incierto, pero lo cierto es que en esta nueva etapa se están reescribiendo las reglas de lo que hasta el momento era sagrado en el ámbito político.