Estas elecciones argentinas están reescribiendo los manuales de la estrategia política. Todo lo que se conocía hasta ahora está quedando demodé ante la irrupción de las redes sociales como medio principal de comunicación. Desde que cada usuario es un emisor y replicador de contenido, los medios tradicionales perdieron el monopolio de la información, y así, los candidatos enfrentan las complicaciones de una anarquía descentralizada y teléfonos portátiles con cámara. A veces puede jugar a favor, pero en otras oportunidades puede hacerlo en contra.
Anoche, un video megaviralizado de Sergio Massa lo mostró en un estado que generó rumores y críticas. Mientras sus seguidores lo saludaban y le pedían selfies, el candidato del kirchnerismo estaba con los ojos muy abiertos, la boca también entreabierta y un tanto extraviado. Todo mientras hacía la clásica V peronista con los dedos de sus manos. Más de uno podría decir que andaba como un “zombie”.
Ante la irrupción de la inteligencia artificial, muchos usuarios preguntaban entonces si el video era real o no. Con el correr de las horas, la grabación ya había pasado por miles de grupos de WhatsApp y la veía todo el mundo. Los partidarios de Sergio Massa no pudieron evitar la cuestión y reconocieron la autenticidad del mismo, pero brindaron otra explicación de lo que aparentaba.
El debate estaba clarísimo: de un lado, unos aseguraban que el candidato peronista estaba drogado. Las bromas relativas con lo que supuestamente sería un consumo de cocaína inundó las redes sociales. “Sergio Tomás de la buena” se convirtió en tendencia internacional. Otros fueron directamente al hueso sin humoradas de por medio usando el segundo nombre de Massa y posicionaron el hashtag “drogadicto”. De la vereda de enfrente, la visión era alternativa y muy diferente: se indicaba que el dirigente peronista se encontraba cansado, agobiado por el calor, exhausto y que tenía que usar su boca para poder tomar aire, dado el contexto en el que se encontraba.
Sin embargo, en el búnker de Massa, la viralización del video se tomó con preocupación. Es que, hace unas semanas, ya se había sugerido exactamente lo mismo, con otro clip audiovisual que tenía al candidato peronista en una de sus visitas de campaña.
Tanta polémica generó las imágenes, que el debate pasó de las redes sociales a los canales de televisión. Jonatan Viale dijo que no tenía palabras para describir lo que estaba viendo, pero su colega Viviana Canosa se volcó por las sugerencias al supuesto consumo de cocaína. “Durañona y Vedia”, dijo haciendo referencia al apellido de un dirigente político, pero jugando con el doble sentido con “duro”. Como si esto no fuera suficiente, poco después, mientras Viale seguía hablando, acotó directamente de fondo “raquetazo”.
Viale paso el video de massa totalmente duro como realidad en el chaco en la tele y dijo "se lo ve acalorado kjjjj" ☠️☠️☠️☠️☠️☠️#SergioTomasDeLaBuenapic.twitter.com/EBiked4Gde
— ElBuni (@therealbuni) November 7, 2023
PanAm Post consultó con diversos especialistas en medicina, que coincidieron que es imposible hacer un diagnóstico por un video en las redes. Sin embargo, hubo coincidencia en cuestiones como las “pupilas mióticas, la mirada fija y letargia”. También se advirtió lo que se denomina en el ámbito médico la “obnubilación de la consciencia”, lo que significa técnicamente “disminución leve o moderada del estado de alerta, somnolencia y desinterés por el ambiente y lentitud de respuestas”. Esto podría estar vinculado a una cuestión toxicológica (por ejemplo, de la familia de los opioides), pero no necesariamente de drogas ilegales, como se mencionó en las redes sociales.
Más allá del debate concreto y coyuntural, esta campaña virulenta cambiará definitivamente la planificación estratégica de los equipos de los candidatos. De todas estas cuestiones que se tornaron muy relevantes, saldrán nuevas consideraciones para el futuro. Sería interesante que, más allá de todo esto, la clase política comprenda que las campañas sucias se pueden tornar en un búmeran en cualquier momento. El kirchnerismo, que utilizó la difamación permanente contra el candidato opositor, ahora se encuentra contra las cuerdas y embarrado, con el mismo barro que ellos trajeron al debate político nacional.