La situación ya no se puede ocultar más. Mauricio Macri ha decidido tomar distancia y no quedar pegado ante lo que podría ser el fracaso electoral de Patricia Bullrich y la coalición de Juntos por el Cambio. Como si esto fuera poco, en sus últimas apariciones, aunque emitió un escueto respaldo para su candidata, dejó claro que tiene afinidad por las ideas que propone para la Argentina Javier Milei.
Recientemente, la candidata presidencial de JxC admitió la necesidad de que su espacio político escape a la “prisión” de la opinión de Macri. También pidió a los periodistas que dejen de preguntarle por el posicionamiento del expresidente, ya que eso la “desvía” del perfil que desea darle a su campaña. Para ella, Mauricio Macri sería un “hombre de consulta” en un eventual mandato suyo. El tema es que para Milei, que pertenece a otro espacio político, el exmandatario podría ser el máximo representante de la Argentina en el mundo.
- Lea también: Exministro de Macri reconoció el fenómeno de Javier Milei en las calles
- Lea también: Macri tendrá un importante cargo si Milei gana la Presidencia
Mientras esto se discute abiertamente en los medios, la situación es más intensa en la intimidad política. Aunque los principales canales antikirchneristas de afinidad con JxC hagan referencia permanentemente a supuestos acuerdos locales del espacio del libertario con el massismo, lo cierto es que Macri, personalmente, sí ha contribuido facilitando cuestiones para La Libertad Avanza en alguna que otra provincia. Lógicamente, esto no se leerá ni se verá en la pantalla de La Nación +.
Pero si Bullrich era bastante clara, aunque dejando la realidad a interpretación del público, el que hizo todo explícito fue Nicolás Massot. El exdiputado y actual concejal de Tigre de Juntos por el Cambio reconoció que Mauricio Macri está siendo ambiguo. En una entrevista con Eduardo Feinmann, Massot dijo que ante las versiones que tienen al expresidente coqueteando con Milei, “el que calla otorga”. Es la primera vez que hay una clara declaración de hostilidad de alguien del PRO para con el fundador del partido.
Pero las internas de la coalición no se limitan al riñón del macrismo. La Unión Cívica Radical, en su conjunto, no está feliz con la candidatura de Bullrich. Al partido socialdemócrata le quedaba más cómodo el perfil de Horacio Rodríguez Larreta y las bases más ideologizadas no se sienten representadas por la exministra de Seguridad. Pero, como en la UCR lo que suele primar es la búsqueda del cargo, las autoridades no piensan sacar “los pies del plato”, pero sí piden a cambio espacios estratégicos para lo que podría ser el gobierno de Patricia. Aquí la candidata sufre una paradoja: mientras ganaría gobernabilidad se aleja del electorado natural, que, como Macri, simpatiza con Milei. Es decir, mientras arma un equipo más sólido para consolidar su respaldo, más se aleja de los votantes que podrían llevarla a la presidencia.
Uno que blanqueó la disconformidad del partido en general es el exradical Leopoldo Moreau. Para el dirigente que actualmente milita en el kirchnerismo, en la UCR hay una “rebelión en la granja“. En su opinión, aunque no ha sido explicitado por la coyuntura electoral, la coalición ya está virtualmente partida y tendría fecha de vencimiento.
El único escenario que podría evitar el quiebre de Juntos por el Cambio es una victoria en las elecciones. Sin embargo, el proyecto “Bullrich presidente” no estaría teniendo grandes posibilidades de materializarse. La única oportunidad concreta de la exministra sería disputar un balotaje con Sergio Massa. Claro que, para eso, Milei tendría que caer del primero al tercer lugar en las próximas semanas. Difícil.