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Recientemente, Leopoldo López hizo varias declaraciones donde dijo que agentes del chavismo estuvieron en conversaciones para coordinar una salida de Nicolás Maduro del poder. Asimismo, señaló a miembros de su coalición unitaria de estar en conversaciones con chavistas que tenían interés también en ponerle fin al régimen madurista. Esto lo hizo como reacción a que el Fiscal General chavista, Tarek William Saab, publicó en televisión nacional conversaciones de López con uno de los testaferros del exjerarca chavista, Tareck el Aissami, Samark López. Según el fiscal de la tiranía, todos estarían involucrados en una profunda trama de corrupción y conspiración para atentar contra Maduro.
Desde que murió el tirano Hugo Chávez, dentro del chavismo comenzó un proceso de reacomodo de fuerzas entre militares y civiles que hacían parte del sistema tiránico. Luego de 11 años de la dictadura de Maduro, el chavismo se ha purgado a lo interno, sacrificando a muchos de sus antiguos jerarcas para mantenerse en el poder.
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En este sentido, han ocurrido momentos en que agentes del chavismo han querido establecer puentes para coordinar alguna acción que pueda generar un desenlace a la crisis nacional y comenzar una transición hacia otro gobernante, no necesariamente hacia la democracia. El planteamiento de los chavistas que quieren salir de Maduro es una apertura a medias en el que por lo menos exista prosperidad económica sin que exista de una vez libertad política.
En el mismo sentido, los agentes que quieren salir del chavismo proponen que no se reconozcan sus crímenes “ya que nadie los reconoce internacionalmente”, por lo que si se comienza una transición con base en la tesis de la justicia transicional, los privilegios que conservarían los chavistas serían de mayor envergadura que los que tuvieron las FARC en Colombia con el denominado “proceso de paz”.
Todo esto lo ha aceptado un sector de la oposición que ha estado en conversaciones con estos agentes. En todo caso, si ya desde hace años existen jerarcas de la tiranía que quieren salir de Maduro, ¿qué hace pensar que no existan más chavistas interesados en lo mismo? ¿Qué gana López con delatar a todos aquellos que pudieran ser agentes claves para lograr el fin de la tiranía en el momento político donde la oposición anticomunista está más fuerte que nunca?
El poder está donde el conjunto cree que se encuentra. Si los jerarcas chavistas deciden darle la espalda a Maduro para transitar hacia un proceso de apertura democrática, ¿por qué habría de ser saboteado o expuesto lo que estuviese ocurriendo en este sentido?
Esta actitud delatora no es nueva. Recordemos que Ramos Allup, siendo presidente de la Asamblea Nacional, advirtió a Maduro que los militares estaban conspirando contra él. En 2017 cuando los militares y efectivos policiales se rebelaron contra la tiranía madurista que estaba asesinando a la población que protestaba en las calles, la falsa oposición dio la espalda a todas las acciones que impulsaron un proceso de rebelión civil-militar. Y en 2019, muchos militares que se pusieron a la orden de Juan Guaidó, públicamente, terminaron siendo olvidados y en varias ocasiones entregados. Sufrieron mucho las redes de resistencia hasta debilitarlas.
Si hoy existen jerarcas del chavismo intentando salir de Nicolás Maduro, no deberían confiar en estos sectores “opositores” que solo ambicionan el control del sistema mafioso. En cambio, deberían convertirse en esos actores que garanticen la salida de Maduro obligándolo a aceptar la indiscutible derrota electoral frente al candidato de la unidad opositora.
