Los denominadores comunes de la previa de esta elección con los de 2019 son demasiados: un programa fallido, urgencias financieras y el “plan llegar” a cualquier precio sin que las cosas sigan explotando en plena campaña. “Después vemos”, es la expresión para resumir que para ellos suena lógico. Lo curioso es que el peronismo, que tanto se quejó del endeudamiento del final del macrismo, terminó haciendo lo mismo o peor. Sin siquiera una estrategia ―así sea mediocre y condenada al fracaso como el “gradualismo” de Juntos por el Cambio― el Frente de Todos no hizo nada. Durante los últimos cuatro años se dedicaron a imprimir billetes, a “controlar” el tipo de cambio, a mantener los subsidios y maquillar en lo posible las consecuencias. Así asumió Sergio Massa el ministerio de Economía, en el marco de una situación decadente.
Claro que al tener el doble rol de “ministro-candidato”, el postulante presidencial del oficialismo tiene la tarea que esto no explote por los aires. Primero, antes de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias de agosto y luego, anticipándose a las elecciones oficiales de octubre. Entre las urgencias inmediatas, en el marco de más restricciones a los llamados “dólares financieros” y otra subida del “blue” (que ya se ubicó en los 570 pesos), el gobierno argentino debía enfrentar un vencimiento con el Fondo Monetario Internacional. Fiel al estilo de Massa y el kirchnerismo, lo que se decidió hacer es simplemente sacar las papas del fuego, cambiando el acreedor.
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Este viernes se anunció con bombos y platillos, como si se tratara de algo positivo, que el ministerio de Economía pudo pagarle al organismo de crédito internacional el último vencimiento antes de las primarias con Derechos Especiales de Giro (DEG) cedidos por Catar. El Estado árabe llegó a una negociación con el equipo de Massa y permitió que Argentina utilice 580, de los 775 millones de dólares que se cubrieron esta mañana. Mediante el Boletín Oficial, las autoridades locales informaron de la operación, a la que rotularon “Modelo de Acuerdo de Facilidad”.
Se trata de la primera negociación semejante entre Argentina y Catar, operación que se vino manejando en los últimos días con total hermetismo. La confirmación de la operación permite que el gobierno no sufra otra pérdida importante de reservas, justamente en medio de una corrida sobre el dólar que ayer volvió a tocar un máximo histórico.
Aunque Massa tenía ya acordado con Kristalina Georguieva nuevos desembolsos que le traerían algo de paz en el marco del largo camino a octubre, Argentina tenía este vencimiento comprometido para hoy. Lo mejor que pudo hacer el gobierno fue obtener los DEG de Catar, pagarle al FMI, esperar nuevas transferencias y devolver los Derechos Especiales de Giro con sus intereses. Los mismos se actualizan a diario con el FMI, pero al momento de la operación estaban en el 4,033 nominal anual.
¿Soluciones? ¿Reformas? Ninguna. La idea es, como en 2019, “llegar y después vemos”.