El proceso de desabastecimiento en Argentina viene de hace rato y no es nuevo. Hace ya varios meses visité una bodega para un artículo que iba a tratar el tema del vino, pero que al final fue de otra cosa. El propietario, que me convidaba el producto de diversas barricas, me ofreció una copa de un Cabernet Franc riquísimo. Sin embargo, en boca percibí que la bebida debía ya estar embotellada para el redondeo de la estiba. El tiempo de la madera ya había terminado, incluso hace un tiempo. Con el respeto necesario para no contradecir al enólogo de la casa, que sabe algo más que yo, pregunté si no era momento para sacar el vino de los toneles.
“No tengo botellas. Hay problemas con la importación y se necesitan insumos de afuera para fabricar. Tengo buena parte de la producción echándose a perder en toneles de plástico, esperando que nos vendan algo para poder embotellar”, me dijo el dueño con una resignación total. Lógicamente, le propuse hacer un artículo para visibilizar la escasez. Me respondió que sería interesante y necesario, pero que no quería convertirse en la cara de una causa que pueda enojar a las autoridades, bajando su posición en la “lista de espera” para recibir las botellas de vidrio.
Si la situación era crítica cuando el ministro de Economía era Martín Guzmán, no hace falta ser un gran analista para prever el desenlace del proceso que inició la semana pasada Silvina Batakis. Es que la flamante funcionaria considera que el capitalismo es un sistema explotador de características machistas. También cree que los responsables por la falta de dólares son los argentinos que viajan al exterior y compran por internet.
Por estas horas, aumenta la preocupación ante la falta de productos en las góndolas. No solamente de importados, sino de muchos “industria nacional”, que contienen ingredientes extranjeros que ya no pueden ingresar al país. Muchos de los inminentes faltantes son alimentos de productos masivos. Lo que ya había comenzado con elementos de higiene, limpieza y tecnológicos ya llegó a productos diarios como el café y el cacao en polvo. ¿Serán estos los nuevos lujos suntuosos que los argentinos se traigan en las maletas cuando salgan de viaje?
Ante el desastre actual, la ministra Batakis hace gala de su ignorancia absoluta en cuestiones económicas básicas. Con un voluntarismo infantil asegura: “El mercado no me llevará puesta”. El problema es que no comprende que es lo que está pasando. No tiene la más pálida idea de lo que es el mercado y como funciona. Así terminará su gestión.
Lo último que tuvieron las empresas de estos productos esenciales que comienzan a no ser renovados fue la promesa del presidente del Banco Central, Miguel Pesce. El titular del ente que emite una de las peores monedas del mundo quiso llevar algo de certidumbre y aseguró que a la brevedad se pondrán a funcionar ciertas flexibilizaciones que permitan divisas para importar los elementos más urgentes. Cabe destacar que las últimas restricciones, implementadas para frenar la salida de divisas, terminará en septiembre. El problema es que, mientras Batakis asegura que no devaluará más el peso, el dólar “oficial” anclado se aleja cada vez más del “blue”, producto de la incertidumbre que genera la fallida gestión del Frente de Todos. Y mientras más se amplía la brecha, más rápido desaparecen las reservas y más dura será la futura e inevitable devaluación.
Mientras tanto, en las redes la gente comienza a compartir los faltantes que se van encontrando todos los días. Ante esta situación actual, no hay lugar para ninguna perspectiva optimista. Al gobierno de Alberto Fernández le queda un año y medio y la única idea que tiene es la de remendar un sistema fallido, mientras se incrementan las distorsiones que harán todavía más dura la salida al sentido común, cuando llegue el momento de implementarlo a la fuerza y por las malas. Ya no hay espacio para hacerlo por las buenas.
Starbucks de Palermo. Pido un Chai Latte (sí, ya sé, soy mega trolo). No hay, me dicen, es importado y no les están llegando insumos importados. No hay té, boludo, entendés??? NO HAY TÉ, pero al menos no gobierna la derecha.
— DANANN (@DanannOficial) July 7, 2022