¿Menem diputada 2021? Zulemita, hija del fallecido presidente argentino Carlos Menem, podría ser de la partida en las elecciones legislativas de este año. Hace ya varios meses que la riojana reconoció sus intenciones políticas. Incluso hizo público que el mismo Alberto Fernández la convocó para su eventual candidatura.
“Alberto me ofreció ser candidata antes de la enfermedad de mi papá”, señaló ella como si se tratara de algo digno de mención. En realidad, es todo lo contrario. Debería ser un papelón, como lo sería en un país medianamente serio. Pero estamos en Argentina y hablamos del peronismo, así que, en realidad, todo es cualquier cosa. Lo que no quita que no se deba llamar la atención sobre estas cuestiones.
Fue el mismo Carlos Menem el que “inventó” a los candidatos populares o famosos, a los que llevó a sus listas o a la misma gestión Ejecutiva. Así aterrizaron en la política el músico Palito Ortega, el corredor Carlos Reutemann o el motonauta Daniel Scioli. En favor de Menem podemos decir que los nuevos funcionarios, gobernadores o legisladores, al menos, se dedicaron a su labor, más allá de los resultados.
El kirchnerismo, que todo lo degrada y lo hace peor, innovó con los “candidatos testimoniales” de la farándula. Es decir, postulantes populares que se usan para ir a las elecciones y que luego ni siquiera asumen una banca, dejando su lugar para otro peronista de la lista. Un ejemplo de esto fue el caso de la artista Nacha Guevara, que, en 2009, fue candidata por el Frente para la Victoria, pero que luego renunció a su banca sin siquiera asumir su mandato.
Zulemita Menem fue oficialmente primera dama de Argentina, ya que su padre, a cargo del Ejecutivo, se divorció de su madre, Zulema Yoma, durante su presidencia. La joven, nacida en 1970, hizo un papel correcto en una gestión que tuvo entre sus puntos más altos la inserción del país en el mundo. Sin embargo, ¿quién puede pensar que Zulemita Menem está capacitada para ser legisladora nacional?
Aunque la respuesta lógica a esa pregunta sería “nadie”, hay que ser justos con ella y reconocer que, probablemente, la mayoría de los diputados nacionales tampoco lo están. O llegan ahí por padrinazgo político o son portadores de ideas pésimas, que terminan generando uno de los principales problemas de Argentina: la inflación legislativa que hace todo más engorroso en el país.
Pero, más allá de esa cuestión, lo que no es sano para el país es acudir a un apellido famoso para una eventual candidatura. Otra cuestión no menor es el dedo del presidente, que puede elegir a su gusto el candidato de cualquier distrito. Si hablamos de poder y discrecionalidad, mejor ni hablemos de la vice, que así eligió al jefe de Estado, al que maneja a su antojo.
El proyecto de “Menem diputada” igualmente deja en evidencia una necesidad en el oficialismo: tratar de ofrecer candidatos que, al menos en lo superficial, representen algo distinto al kirchnerismo fracasado. La crisis económica y el pésimo manejo de la pandemia dejó al Gobierno muy mal parado ante la opinión pública. Zulemita, que defiende el “proyecto capitalista” de su padre, puede ser un canto de sirena para algún incauto nostálgico. Sin embargo, de llegar al parlamento, y ante una votación clave, la posible legisladora tendrá que rendir cuentas al espacio político que la sentó en su banca. Y como dijo ayer Waldo Wolff, Argentina está “a siete diputados de ser Venezuela”.