La colonización kirchnerista de la política exterior argentina quedó en evidencia hace unos meses cuando el canciller peronista, Felipe Solá, dijo que era mejor no hablar de Venezuela, ya que generaba problemas a la hora de vincularse con otros países. Luego llegó el voto contra Israel en las Naciones Unidas, cuestionando su legítimo derecho a defenderse del terrorismo de Hamás y ahora tuvo lugar una lamentable abstención, que no repudia las violaciones a los derechos humanos por parte de la dictadura de Daniel Ortega.
En una presentación conjunta, Argentina y México afirmaron que existen “casos inadmisibles de persecución política” en varios países de la región y que rechazan “esa conducta”. Sin embargo, advirtieron que no piensan “imponer pautas desde afuera” o “prejuzgar indebidamente el desarrollo de procesos electorales”.
Por lo tanto, el embajador argentino en la OEA y simpatizante del chavismo, Carlos Raimundi, aseguró que “no le fue posible” a la Argentina acompañar el Proyecto de Resolución en discusión. El funcionario kirchnerista señaló que estas cuestiones “lejos de apoyar el normal desarrollo de las instituciones democráticas, dejan de lado el principio de no intervención en asuntos internos”.
El voto, a contramano de los socios del Mercosur Uruguay, Paraguay y Brasil, fue duramente cuestionado por el canciller del Gobierno de Mauricio Macri, Jorge Faurie. El diplomático, algo más preparado para el puesto que su sucesor, quien ni siquiera habla inglés, condenó la actitud de Raimundi ayer y la calificó como “un error y una tragedia” para la política exterior de la Argentina, que se aleja de la trayectoria iniciada en este país a partir del juicio a los jefes militares de la dictadura realizado durante la gestión de Ricardo Alfonsín.
“Hemos abandonado por completo ese camino. Primero, al retirarnos de la denuncia contra Venezuela por las violaciones a los derechos humanos y ahora votando en contra del consenso de 26 países de la región. Esto nos deja del lado de las dictaduras, de las autocracias y de aquellos que no respetan los derechos humanos”, recalcó Fauire.
El expresidente argentino, que criticó recientemente a Alberto Fernández por el exabrupto durante la visita de Pedro Sánchez, volvió a expresarse en su cuenta de Twitter. El líder de Juntos por el Cambio escribió que, tras las detenciones de los candidatos opositores, los comicios de Nicaragua “carecerán de toda legitimidad”.
Otra vez Argentina guarda silencio frente a violaciones a los DDHH. En este caso absteniéndose de votar en la OEA la condena al régimen de Ortega que arrestó, entre otros, a cuatro aspirantes a la presidencia anticipando que las próximas elecciones carecerán de toda legitimidad.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) June 15, 2021
Una de las figuras fundamentales detrás del voto
Aunque la Cancillería argumentó que se trató de un acuerdo con México y Raimundi hace lo que le dicen ellos, lo cierto es que hubo un jugador que tuvo un rol activo detrás de la posición del día de ayer. Se trata de Mateo Daniel Capitanich y es el embajador argentino en Nicaragua. El hermano del gobernador del Chaco responde directamente a Cristina Fernández de Kirchner, que es su jefa política. No rinde cuentas ni al canciller, ni mucho menos al presidente.
Durante la gestión Macri, el entonces jefe de Estado buscó tener un buen diálogo con el exgobernador peronista, Domingo Peppo, que tenía un inconveniente serio a la hora de consolidar un acercamiento con la Casa Rosada que lo beneficie: su vice. ¿Quién era? El actual embajador que presta funciones en Managua y quien boicoteaba permanentemente el vínculo, sin importar si su actitud perjudicaba al Chaco. “Nos jugaba siempre en contra”, recordó un exfuncionario de aquella gestión provincial.