La segunda ola del COVID-19 en Argentina no para. En las últimas 24 horas se registraron 505 muertes y 28.680 nuevos contagios. Esta nueva meseta alta preocupa al Gobierno nacional, pero también al intendente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. A días de la caducidad del Decreto de Necesidad y Urgencia vigente, habría sintonía entre el peronismo y el macrismo municipal para un fuerte incremento en las restricciones actuales. Muchos hablan de una especie de “cierre total”, al menos por un tiempo.
Alberto Fernández todavía tiene esperanza en hacer aprobar la denominada “ley de cuarentenas” en el Congreso, cuyo concepto inspirador quedó golpeado luego del fallo de la Corte Suprema de Justicia, que respaldó la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Pero el incremento de los casos y la potencia de las nuevas cepas, podrían llegar a reabrir la discusión para otorgar los peligrosos e inconstitucionales “super-poderes”. Hasta Larreta evalúa dejar en el pasado la causa de las escuelas y cerrar todo, al ver que los casos no bajan con el correr de los días.
El ministro de Saud de la Ciudad, Fernán Quirós, reconoció que evalúan “todas las alternativas”. El funcionario dijo que por estas horas están viendo cómo se comporta la curva de contagios para decidir si aplicarían nuevas restricciones. “La continuidad de las clases presenciales dependen de cómo se mueva la curva”, aseguró. Por su parte, la ministra en el ámbito nacional, Carla Vizzotti, dijo que lo que vive Argentina por estas horas es “totalmente diferente a la primera ola”, ya que tiene lugar “un crecimiento exponencial e inusitado en todo el país”.
El presidente volvió sorprendido por el alto acatamiento de las restricciones en Europa, por lo que de a poco va acercando posiciones con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, que viene pidiendo volver a una situación similar a la del año pasado. Una de las opciones que se barajan por estas horas sería la de prohibir la circulación desde las siete de la tarde. En el comité de especialistas que asesoran al Gobierno en materia de COVID-19, el doctor Eduardo López viene insistiendo por una cuarentena dura y estricta que dure quince días. El problema que enfrentaría Fernández, en el caso de querer ir en esta dirección, es que un eventual anuncio de esas características, no tendría mucha credibilidad, teniendo en cuenta los antecedentes de las constantes extensiones.
El DNU actual vence en cuatro días y si bien no se sabe el contenido del próximo, lo que se espera es que aumenten las restricciones. Esta vez, con acuerdo de la oposición porteña.