Su insistencia autorreferencial le impedía ver lo que estaba pasando. Gastón Pauls, sin saberlo, estaba realizando una entrevista bochornosa a Estela, la madre de M. Parecía su personaje de Juan Perugia, de la comedia “Todos contra Juan”, que vivía haciendo el ridículo ante la imposibilidad de ver más allá de su propio ombligo. Recordando una y otra vez su pasado con las adicciones, el entrevistador pareció dejar de lado que la mujer le arruinó la infancia a su hija.
“Yo no, yo soy al revés”, decía Estela en la entrevista con el actor, asegurando que ella está en condiciones de dominar a la pasta base, a diferencia de la totalidad de los adictos que sucumben tarde o temprano a esa sustancia tóxica, terriblemente adictiva. Durante el intercambio, Gastón Pauls se concentró casi exclusivamente en la adicción de Estela, pretendiendo (seguramente de forma honesta) ayudarla para que supere la situación, que ella misma aseguraba no ser problemática.
Dejemos en claro que el conductor de “Seres libres” no tiene por qué llevar la entrevista por el lado que yo creo que correspondía. Tiene toda su libertad para dar su opinión e interrogar a su entrevistada sobre los puntos que él considera relevantes. Claro que, haciendo uso de la misma libertad, otros podemos opinar que lo que hizo es una porquería.
En su espacio editorial, que emite en los intervalos de la entrevista, Pauls hizo referencia a los que podíamos indignarnos con su perspectiva. Los que supuestamente “destrozamos” todos los días en la televisión a la madre de la criatura. A nosotros nos pregunta: “¿En tu vida vos hiciste todo bien? ¿Y tus viejos hicieron todo bien?”. Claro que no. Todos estamos repletos de defectos, pero, afortunadamente, la mayoría de las personas no entregan a sus hijos en la primera infancia para conseguir recursos para comprar droga.
Esto es lo que sugirió otra periodista, bastante más indignada que Pauls, sobre lo que viene ocurriendo con “M” desde el momento en que nació. Viviana Canosa, absolutamente enojada, cargó contra la madre de la criatura a la que acusó de usar a su pequeña hija como una “tarjeta de crédito” para comprar sustancias. Desde su columna, la periodista aseguró que las ginecólogas que revisaron a la niña luego de su aparición, literalmente se descompusieron. Parece que los genitales de la nena de siete años son semejantes a los de una mujer adulta, con una vida sexual activa.