Carlos Menem escribió una página especial en la historia argentina. Para la década del setenta, antes de la última dictadura militar, el riojano ya era gobernador de su provincia por el peronismo. Dicen que el mismo Juan Domingo Perón aseguró el día que lo conoció que el joven “tenía premio”. Terminó siendo el primer presidente electo peronista luego de la muerte del fundador del justicialismo.
Su llegada a la Casa Rosada fue épica. Compitió en la interna del partido contra otro gobernador. El más poderoso, el de la provincia de Buenos Aires, Antonio Cafiero. Para muchos la lucha era desigual: el bonaerense, que ostentaba la administración de la provincia más grande del país contra un riojano pobre y poco conocido a nivel nacional. Menem se tomó la competencia en serio y recorrió todas las unidades básicas del peronismo durante dos años antes de las elecciones. Su estilo informal y de cercanía a las bases hicieron el milagro posible y para 1989 Menem se convirtió en el candidato a presidente por el peronismo. Del otro lado estaba el candidato oficialista Eduardo Angeloz, gobernador de la provincia de Córdoba. El radical tuvo la difícil tarea de ofrecer un plan económico opuesto al del actual presidente Raúl Alfonsín, pero la cuestión de que ambos eran del mismo partido impidió la continuidad de la Unión Cívica Radical (UCR) en el poder.
La llegada de Menem la Presidencia fue un trauma para muchos. Hay gente que lo responsabiliza hasta de suicidios que tuvieron lugar por aquellos días. El pánico en algunos sectores de la sociedad argentina era bastante generalizado. Muchos millonarios se fueron del país espantados del patilludo que proponía hasta hace poco tiempo volver a la Constitución del primer peronismo, que terminaba hasta con la inviolabilidad de la propiedad privada. Muchos de esos hombres de fortunas que se fueron de Argentina cuando juró Menem terminaron financiando su campaña para la reelección en 1995.
Luego de un principio de inestabilidad económica importante y un segundo rebrote hiperinflacionario tras la salida de Alfonsín, llegó la ortodoxia menos pensada. Privatizaciones de las empresas del Estado, ley de convertibilidad de paridad con el dólar y relaciones “carnales” con los Estados Unidos. Todo de la mano de un peronismo que había convocado para gobernar a los Alsogaray de la UCeDé, partido liberal que representaba la tercera fuerza del país.
Luego de abandonar el poder, tras un ciclo de luces y sombras, el kirchnerismo decidió apuntar todo su arsenal retórico contra el menemismo neoliberal de la década del noventa. Durante doce años de Néstor y Cristina Kirchner, hasta el aparato estatal se puso en servicio de la demonización de la gestión de Carlos Menem.
Ahora, un grupo de excolaboradores piensa dar un paso para reescribir la historia, con el expresidente todavía con vida a los 89 años.
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“Queremos defender este período que fue tan cuestionado, sobre todo por el cristinismo que ha sido muy duro, injustamente”, aseguró Félix Borgonovo, que se desempeñó como embajador en Italia y secretario Legal y Técnico durante el menemismo. El exfuncionario aseguró que están reuniéndose junto a otros excolaboradores del expresidente para darle forma a un libro que buscará impulsar otra campaña sobre los polémicos noventa. Las citas tienen lugar en la oficina de Carlos Corach, exministro del Interior, donde se encuentra una gran biblioteca que reúne los detalles del día a día de la gestión noventista.
Para Borgonovo el trabajo no será un panfleto menemista, sino que también estarán presentes los que considera que fueron los “errores” de la gestión, de la que, sin embargo, afirma fue positiva en términos generales.
“Es una tarea amplia, hay que recopilar mucha información. Será un trabajo que quedará a disposición por ejemplo de estudiantes de ciencias políticas o económicas que ahí van a tener información exacta de lo que pasó. No hay que olvidar que recibimos el país con la híper más alta del mundo, casi 5000 por ciento en el último año, y lo entregamos sin inflación y con más de 30 mil millones de dólares de reserva en el Banco Central”, señaló Eduardo Menem, exsenador y hermano del exmandatario.
El lanzamiento del trabajo será sin dudas interesante, pero puede ser un dolor de cabeza para Alberto Fernández. El presidente se encuentra haciendo equilibro entre un peronismo tradicional, que hasta puede mostrar algunas caras en el lanzamiento del libro, y del kirchnerismo, que insiste con su discurso antimenemista al día de hoy.